A la tercera fue la vencida y ayer se presentó la Comparsa de Lekunberri y Larraun, cuatro gigantes y tres cabezudos que nacen para formar parte de la memoria colectiva de este valle. Si bien en un principio estaba previsto que su presentación fuera en junio, en el Día del Valle de Larraun, la pandemia hizo retrasar esta cita a septiembre. Entonces un positivo de covid-19 en la escuela obligó a realizar confinamientos y a esperar a tiempos mejores. Así, se decidió que fuera en Navidad, un regalo de Olentzero tanto para los y las txikis como para los mayores que ayer disfrutaron de lo lindo pero con un orden.

“Nos habría gustado que en este día nos hubiesen acompañado otros grupos culturales de nuestra zona como el coro, el grupo de danzas Tirikitrauki formado por unos 80 niños y niñas , la batukada, y la Escuela de Música al completo entre otros” apuntó Joseba Jokin Ordoki, el impulsor de la comparsa y a su vez presidente. “Desde su inicio hemos querido darle un valor añadido a las fiestas de nuestros pueblo, ilusionar a las personas con un proyecto de unión entre las generaciones de nuestros hijos, la nuestra y la de nuestros padres”, observó. Asimismo, incidía en que “la comparsa tiene que ser el instrumento del reconocimiento de las labores y trabajos de nuestros antepasados y que en algunos casos se siguen desarrollando”.

Corría 2018 cuando Ordoki se decidió y se puso en contacto con varias personas que le podían ayudar. Lo cierto es que la idea gustó, y se formó un grupo motor formado por Koldo Monreal, Rakel Pellejero, Inma Etxarri, Ainhoa Beraza, Olga García e Idoia Olaskoaga, que trabajaron durante meses en recoger documentación sobre la historia e intrahistoria de Lekunberri y Larraun, hechos y personajes destacados pero también de gentes que no forman parte de la historia oficial. Y es que querían que los y las vecinas del valle sintieran a los gigantes y cabezudos como algo suyo. Así, se fueron perfilando Malloa, una mujer que representa los montes y los pastos, el agua, las flores, el bosque, la hierba que rodea este valle y que toma el nombre de esta pared de Aralar a la que acude con su botijo. Su pareja es Larraun, un pastor que con blusa negra y un cordero simboliza la ganadería.

Otro gigante es Napar, que con su txupina, una especie de flauta que hacían los pastores de Aralar con la corteza de los árboles, representa la parte festiva. También se le asoma un pequeño saco con monedas, un guiño a las apuestas que tanto gustaban en la zona. Hoz en mano, Larrain, encarna a la mujer trabajadora y las faenas del campo. Estos cuatro personajes han cogido forma en el taller de Aitor Calleja y Mikel Ersaso, dos artesanos que en Marcaláin hacen realidad los sueños. Con un peso medio de 43 kilogramos y 3,46 metros de altura, están realizados con fibra de vidrio y poliéster.

Ayer les acompañaron Gaztaundi, Arotza y Elutza, a la espera de otros tres kilikis: Maquinista del Plazaola, Kattalin y Apaiza. “Cuando tengamos dinero completaremos la comparsa” observó el presidente. Y es que con un presupuesto de 32.500 euros para su financiación y en los tiempos que corren, tendrán que esforzarse más, si cabe, en encontrar apoyos económicos. Hasta ahora han sido empresas privadas como Onhauss Global System, Sojonatura, Lacturale, Restaurante de San Miguel de Aralar, y Caja Rural quienes han apoyado económicamente este proyecto. Asimismo, la comparsa ha subscrito un convenio con el ayuntamiento de Lekunberri para que realice cinco salidas al año y otro con la Escuela de Música Aralar para que les acompañen con sus txistus y trikitixas, además de gaitas.

Por otro lado, Ordoki recordaba que el proyecto fue declarado de interés social, lo que les permite acogerse a los incentivos fiscales de la ley foral de Mecenazgo Cultural. “Las donaciones de particulares tienen una deducción de la cuota del IRPF del 80% en los primeros 150 € y 40% en el resto”, explicó. En el caso de empresas, la cantidad aportada disminuye la base imponible al considerarse gasto deducible y además se obtiene una deducción del 30% de la cuota líquida en los primeros 300 euros y del 20% en los siguientes.

Pero los gigantes no son nadie sin que haya personas dispuestos a bailarlos. “Lo más importante de nuestra comparsa son las personas que la forman y el equipo humano que hemos logrado reunir. Queremos pasarlo bien y hacer disfrutar a txikis y mayores”, destacó.

En la actualidad son 16 personas: Asier Apezetxea, Imanol Jaka, Javier Astiz, Javier Larralde, José Sánchez, Joseba Merino, Mikel Amoztegi, Orkatz Aldabe, Xabier Lasarte, Mikel Zabaleta, Toni Dorronsoro, Nagore Gaztelumendi, Javier Castellano, Mikel Irujo, Koldo Monreal así como el propioOrdoki. Además, hay más de una docena de personas que les apoyan de diferente manera. “Somos un grupo abierto, y desde aquí animamos a otros vecinos y vecinas a que formen parte de este equipo y se unan a la comparsa”, incidió su presidente.