on los ocho jóvenes de Altsasu en la calle aunque no en libertad, la mayoría en tercer grado y dos con permisos para estudiar, Altsasu Gurasoak y Altsasukoak aske han organizado una exposición que es también testimonio de cuatro años de lucha y solidaridad. Guztion artean egin dugu, lo hemos hecho entre todos y todas, es el título de esta muestra que se puede visitar hasta el 7 de febrero en el centro cultural Iortia. “Queremos devolver a todo el mundo el trabajo que se ha hecho. Ha habido dos grupos motores pero su labor no hubiera sido posible sin las miles de personas que había detrás”, apunta Idoia Goikoetxea, una de las portavoces de Altsasukoak aske. Asimismo, la exposición pretende ofrecer el testimonio del camino realizado con el convencimiento de que este proceso de lucha ha sido una aportación a los derechos humanos. “Ha dejado huella en el itinerario social que tiene como objetivos la libertad, la justicia y la democracia”, apunta.

La muestra se articula en torno a cinco áreas y de forma cronológica cuenta un relato que comenzó el 15 de octubre de 2016 y continúa en Estrasburgo tras el recurso presentado en el Tribunal de Derechos Humanos el pasado 14 de enero. “Una pelea de bar y de madrugada la describieron como terrorismo y llegaron a pedir 375 años de prisión”, se cuenta en un panel a la entrada de la exposición.” En contra de la sociedad y las máximas instituciones navarras, contra el Parlamento y Audiencia Provincial, nos llevaron ante la Audiencia Nacional siendo la misma Guardia Civil acusadora, investigadora y juzgadora”, se destaca.

Al respecto, desde Altsasu Gurasoak y la plataforma Alsasukoak aske destacan “la factura humana en estos más de cuatro años ha sido enorme”, y que en todo este tiempo de organización, movilización y solidaridad “se ha trazado un camino de sentido común. Uniéndose nuestra sociedad madura, diversa y plural, hemos visto las mayores manifestaciones en esta Nafarroa tan acostumbrada a recibir ataques e injerencias”. Asimismo, señalan que este relato “supone un toque de atención ante la tentación de articular operaciones sucias de estado” y que “no han logrado retrotraernos a tiempos pasados, tampoco criminalizar y, de paso, ilegalizar reivindicaciones legítimas. Al contrario se ha evidenciado que la movilización es necesaria y valiosa para poner límite a la injusticia”.

La muestra comienza con el txoko de la oscuridad, la entrada a un túnel en el que no se divisaba la salida, un tiempo de miedo y dolor que recoge la denuncia de Covite, la actuación de algunos medios de comunicación, las detenciones, el proceso judicial y la cárcel. La segunda es la de las adhesiones, la de la respuesta ciudadana ante la injusticia. Y es como aseguran los padres y madres, nunca se han sentido en soledad. En este txoko se muestran encuadernaciones con las 28.000 firmas recogidas en papel, a las que hay que sumar otras 95.000 realizadas de forma digital, en torno a 125.000 en total. También se muestran diferentes manifiestos, tanto del ámbito jurídico como cultural y social además de movimientos juveniles. También declaraciones políticas, de Altsasu, Navarra, Estado y Europa.

La tercera se llama “la fuerza del pueblo”, y muestra diferentes iniciativas que se han desarrollado, tanto en Altsasu como fuera. La cuarta es la de las movilizaciones, con las manifestaciones más importantes, las concentraciones de todos los viernes en Altsasu y la marcha por Navarra entre otras. El último txoko es el de la solidaridad, con objetos y escritos llegados de todo el mundo, desde pañuelos de fiestas de distintos pueblos de Navarra pasando por objetos de arte hasta el pañuelo blanco de las Abuelas de la plaza de Mayo de Argentina, entre otros. Asimismo se pueden ver un vídeo enviado por Marc Parramon y Amets Arzallus para esta exposición con material de documental que están realizando sobre estos cuatros, aún sin estrenar. Con el fin de llegar a todo el mundo que ha tomado parte en esta lucha, la próxima semana se difundirán en redes sociales el contenido de la exposición.