El cribado realizado a jóvenes de Etxarri Aranatz y Arbizu arrojó tres positivos después de realizar en torno a 180 test de antígenos a la población de entre 15 y 29 años de ambas localidades, el tramo de edad con mayor incidencia de casos de coronavirus. Estaban citados 381 jóvenes y desde el Servicio de Salud se concertaron160 citas. Además, un veintena se acercó al frontón Euskalerriari para realizarse las prueba en el dispositivo habilitado por Salud. "Hay un porcentaje amplio de jóvenes que estudian fuera y que decido quedarse donde cursan sus estudios. Además, hay un sector importante que está confiando del primer golpe que hubo", destacó la alcaldesa, Silvia Marañón. Y es que no podían acudir las personas en cuarentena o con síntomas. Por otro lado, se realizaron pruebas PCR a 18 personas que habían tenido contacto estrecho con casos de Covid-19.

Era el tercer día del cierre perimetral de dos semanas en estos dos pueblos de Sakana, el primer fin de semana sin poder salir del pueblo. La mayoría de las personas se lo tomaban con resignación, estando o no de acuerdo con la medida adoptada por el Gobierno de Navarra, y coincidían en que es necesario tomar medidas para frenar la propagación del coronavirus. "Es lo que toca. La incidencia es muy alta y la cepa británica muy contagiosa", apuntaba una pareja que ayer a la mañana se tomaba un café en una terraza de Etxarri.

Lo cierto es que estos últimos días se dispararon los casos en estos dos pueblos vecinos. En el caso de Arbizu, de unos 1.100 habitantes, la incidencia acumulada del 29 de marzo al 11 de abril se situó en 3.621 casos por 100.000 habitantes, cuando los siete días previos era de 1.515. En Etxarri, de unos 2.500 habitantes, ascendió hasta 2.158, 1.710 una semana antes.

Si bien el cierre perimetral se notó en menos actividad en algunos comercios de Etxarri, como es el caso de López de Sabando, una tienda centenaria a la que acuden compradores de otros pueblos, en otros casos las ventas aumentaron, como apuntaron desde Casa Lete. Y es que muchos etxarriarras tienen costumbre de hacer sus compras en los supermercados de Altsasu o en las grandes superficies de Pamplona.

Con una barrera que impide la entrada y salida a la autovía, el cierre perimetral ha perjudicado sobre todo a los negocios del polígono industrial y los ganaderos, según apuntó la alcaldesa. "Han exigido poner esas barreras, dejando el pueblo partido en dos, por un lado el casco urbano y por otro el polígono", observó. "La Policía Foral y la Guardia Civil dijo que para salvar esa barrera se podía salir a la autovía y volver a entrar pero los tractores no pueden salir a la autovía", incidió. "Los ganaderos tienen hierba cortada en Bakaiku o en Lakuntza por ejemplo, y tienen que traerla. Desde el Ayuntamiento hemos buscado una solución intermedia pero no es fácil. El cierre perimetral condiciona la vida de muchas personas", señaló. "Es importante que hagamos las cosas bien y que el cierre perimetral no se alargue más de las dos semanas inicialmente previstas", destaca la alcaldesa.