Tras una larga lucha en la búsqueda de los restos de su padre, fusilado en Altsasu en 1936, Concha Diéguez Jaka supo hace diez meses que estaban en Otsoportillo entre los de las 11 personas que fueron exhumados en 2016 y 2017 por Aranzadi. Y es que creía que se encontraban en una cuneta de Sorozarreta, dónde fue fusilado. Cubierta de banderas republicanas y de la CNT, no quiso faltar al homenaje que viene sucediéndose desde 1980 todos los primeros domingos de septiembre junto a esta sima de Urbasa, cuando familiares de fusilados con la colaboración del Ayuntamiento de Etxarri comenzaron a organizarlo. Fruto de un convenio de colaboración, desde 2017 se turnan los ayuntamientos de Sakana. El domingo correspondía a Irurtzun y Arakil.

Así, un año más, Otsoportillo fue lugar de recuerdo y reconocimiento a todas las personas asesinadas tras el golpe militar. Y es que esta sima de Urbasa es símbolo de la barbarie que se desató tras el alzamiento fascista; una fosa común a la que fueron arrojados sus cuerpos, evitándose así la tarea de enterrarlos. Eduardo Murugarren, concejal de Irurtzun, fue el encargado de abrir el acto. "Aunque hay personas que dicen que hay muchos homenajes, me parece que son pocos para los 3.500 fusilados en Navarra, la represión a las familias y más de 40 años de olvido", señaló. También habló de memoria, al igual que Aitor Larraza y Oihana Olaberria, alcalde y alcaldesa de Irurtzun y Arakil respectivamente. "Otsoportillo se ha convertido en uno de los ejemplos más acabados de lugar de la memoria de denuncia de la barbarie franquista y de defensa de los derechos humanos", señalaron. "Con nuestra presencia y parte activa contribuimos no solo a homenajear a aquellos a los que injustamente se les arrebató la vida por sus ideas, sino a la consolidación de un lugar de la memoria, de su memoria, de nuestra memoria", incidieron. Asimismo, mostraron su agradecimiento y admiración "a las familias que durante tanto tiempo mantuvisteis vuestra demanda de justicia en medio de la incomprensión e incluso el rechazo de amplios sectores de la sociedad".

De igual modo, la consejera Ana Ollo, destacó la relevancia de Otsoportillo en el patrimonio memorialista y recordó que esta sima fue uno de los primeros lugares que fueron declarados oficialmente como Lugar de Memoria Histórica de Navarra en 2019. "Para el departamento de Relaciones Ciudadanas el reconocimiento y difusión de estos lugares es un elemento clave", abundó.

Guillén Abrego y Gorka Hamza Olliver, de CNT de Navarra, dieron voz a su compañera Concha Diéguez. "Queremos enterrar a nuestros muertos, donde nosotras elijamos y no donde fueron ejecutados o donde se deshicieron de ellas y ellos", dijeron, unas intervenciones que se turnaron con poesías, música y un original aurresku para finalizar con una ofrenda floral en la boca de la sima, sobre la que se levanta una escultura de José Ramón Anda.

RESTOS DE ONCE PERSONAS EXHUMADOS Y OCHO IDENTIFICADOS

Si bien se cree que fueron arrojados a esta sima 13 personas hasta, se recuperaron los restos de once, de los que se han identificado ocho, todos de los pueblos de la zona. De Altsasu eran dos, Víctor Urkijo y José Úbeda. De Olazti eran otros dos, Melitón Aguirre y Miguel Vergara, al igual que de Ziordia: los hermanos Domingo y Francisco San Román. Otro era de Urdiain, Francisco San Román. El último ha sido Claudio Doroteo Diéguez. Aún quedan tres.

"Queremos transmitiros el mensaje de que los trabajos continúan, que se repiten análisis para mejorar los perfiles genéticos", señaló la consejera Ana Ollo en el homenaje celebrado ayer en Otsoportillo. "Ese es el compromiso que asumimos y el que llevamos a la práctica con un trabajo muchas veces silencioso que de vez en cuando nos va dando resultados", observó.