Después de un paréntesis de dos años, la feria Amalurra volvió el domingo a la plaza de Etxarri Aranatz con novedades. Y es a que al mercado agroalimentario de producto local se sumó la artesanía, con cerca de 25 puestos en total; un canal de venta directa en tiempos especialmente difíciles. Asimismo, era un escaparate del sector primario para acercarlo a la población. A lo largo de la mañana numerosas personas se acercaron a la feria para degustar y adquirir productos de Sakana como queso, verdura, miel o embutidos así como aceite o vino de productores de Bizilur que aportaron variedad.

En la plaza de Etxarri también se pudo ver trabajar a artesanos y adquirir sus productos. La oferta también era variada: cestos, prendas para la nueva temporada y también complementos como joya de plata y artículos de cuero junto a talla de madera, juguetes o cosméticos naturales. Además, hubo un taller en el que los y las txikis plantaron lechugas o cebollas que deberán cuidar para recoger la cosecha. Tampoco faltó que llevarse a la boca, con pinchos de zikiro acompañado de vino.

Era la novena edición de esta feria organizada por Belardi, asociación que agrupa a productores y productoras de la zona, con la colaboración del Ayuntamiento de Etxarri y Sakana Garapen Agentzia, una cita consolidada a pesar del parón, según destacaron desde Belardi, que apuesta por la agricultura y ganadería sostenible de base social. Para ello, trabaja principalmente en recuperar y dignificar el primer sector en la comarca, con acciones centradas en la formación y la recuperación de formas tradicionales de venta directa.

Mesa redonda sobre la situación actual y futuro del sector

Amalurra también fue un foro de reflexión sobre producción local sostenible y claves del futuro en una mesa redonda en la que participaron Jone Etaio, pastora de Arbizu; Aberri Barandalla, ganadero de Etxarri; Lorenzo Sarratea, de Elizondo; Aritz Ganboa, pastor de Arruazu y la alcaldesa de Etxarri, Silvia Marañón. Así, hablaron del impacto que ha supuesto en sus explotaciones la subida de los costes de insumos, principalmente energía y piensos. “La crisis actual nos afecta y nos deja en una situación de vulnerabilidad total. Somos un sector que vivimos en una situación de subsistencia permanente y con esta crisis, en situación de guerra”, señaló Ganboa. Al respecto, incidió en que no se trata de una crisis coyuntural sino estructural. “El sistema capitalista ve las primeras necesidades como mercancía y las aprovecha para hacer negocio”.

Y es que según señalaron, frente a la subida de los precios que deben pagar los consumidores, la cantidad que reciben por sus productos no ha variado. Por ello, pusieron en valor la importancia de este tipo de ferias para la venta sin intermediarios. Asimismo, abogaron por la soberanía alimentaria e interpelaron a la sociedad para que les acompañen en este camino. De cara a la rentabilidad de sus explotaciones, destacaron la importancia de la transformación de sus productos y una legislación más flexible para desarrollar ese activo.