AURITZ-BURGUETE - La décima edición de la Transpyr Grand Raid MTB, que recorre los pirineos en siete etapas en bicicleta de montaña desde la costa mediterránea a la cantábrica, terminó el pasado sábado en Hondarribia tras afrontar una última etapa desde la localidad de Auritz-Burguete. Un total de 400 ciclistas han participado en esta aventura, que ya se considera como una de las mejores pruebas ciclistas de montaña del mundo, y más de un 85% (los llamados finishers) consiguió completar 800 kilómetros de recorrido y los 20.000 metros de desnivel positivo que separan a Roses de Hondarribia. “Tanto los que lo han hecho en bicicleta de montaña en Transpyr Gran Raid MTB by Tressis a La Par, como por carretera en Transpyr Backroads, han tenido que esforzarse al máximo, gestionando su esfuerzo y capacidad de soportar el cansancio, para alcanzar el reto de superar esta prueba de resistencia”, afirmaban desde la organización.

Los integrantes de la prueba llegaron a la localidad de Auritz-Burguete el viernes por la tarde, tras una intensa etapa de 132 kilómetros entre Jaca y Burguete que se antoja como una de las más complicadas de la prueba y que atraviesa caminos de bosques de los valles navarros de Roncal, Salazar y Aezkoa, entre otros.

Ya el sábado, partieron desde Auritz-Burguete y se encaminaron hacia Hondarribia atravesando Alduides, el valle de Baztan y el collado de Lizarrieta. Tras 91 kilómetros y un descenso de 1.000 metros, llegaron a Hondarribia, finalizando una etapa que se caracteriza por su dureza, pendientes pronunciadas, grandes descensos exigentes, terreno rocoso y cubierto de hierba, increíbles vistas o sus bosques cerrados.

En cuanto a las clasificaciones, en la categoría pareja masculina vencieron Francesc Grau y Pere Amadó; en pareja mixta, Meggie Bichard y Weston Hill, de Nueva Zelanda; en pareja master, Joseba Sarasola e Iñigo Fernández de Liger y en pareja Gran master, Josechu Elosua y Alexander Casteñeyra.

INTERNACIONAL Un recorrido muy seleccionado con combinación de tramos técnicos, con descensos vertiginosos, subidas exigentes, pistas rodadoras y un paisaje excepcional, son algunos de los argumentos que justifican que la travesía en siete días del mar Mediterráneo al Cantábrico sea una de las experiencias que los aficionados al ciclismo tienen marcada en rojo en sus calendarios. En efecto, la representación internacional se puso de nuevo de manifiesto en la décima edición de esta carrera ya que se ha contado con la presencia de un 52 % de ciclistas extranjeros, provenientes de países de todo el mundo: Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Argentina, Estados Unidos, Brasil, Colombia, México, Chile, Sudáfrica y la mayoría de Europa. “Los ciclistas de 25 países de todo el mundo que han sido protagonistas del 10º aniversario de Transpyr Coast to Coast lo reafirman: es una de las mejores aventuras del mundo en BTT”, concluyen desde la organización.