Ayesa, Moriones, Ezprogui, junto a antiguos pobladores y descendientes de la Bizkaia (la Vizcaya), se dieron cita el sábado en el frontón de Ayesa que respiraba satisfacción y orgullo al recibir la obra de Juan J. Recalde Recalde, La Bizkaia, Memorias de un valle en silencioLa Bizkaia una completa recopilación de Historia y vida del territorio colindante despoblado hace medio siglo.La obra de uno de los descendientes del valle, escrita para guardar la memoria de quienes un día lo habitaron, tuvo una extraordinaria acogida y reconocimiento (cumplidas las medidas sanitarias en vigor) del Ayuntamiento de Ezprogui, del Concejo de Ayesa y del pueblo en su conjunto, dispuestos a trabajar unidos para salvaguardar su pasado del olvido.

Autor, editor, (David Mariezkurrena, Lamiñarra), alcalde (Javier Marco), administrativo (Roberto Lecumberri), y el presidente de la recién creada Asociación Amigos de la Bizkaia (Eugenio Lecumberri), se pasaron la palabra en el acto emotivo que puso de relieve el empeño por la labor memorialista.

En este sentido, este último, recién nombrado presidente de la Asociación de Amigos de la Bizkaia, llamó al compromiso y, solo esa tarde, ya se inscribieron 40 personas. También a colaborar con el museo en recuerdo del valle, cuyas puertas se abrieron al público, de forma provisional esa misma tarde. Lecumberri animó a su vez a desprenderse de objetos y recuerdos materiales hasta completar lo que denominó “el alma viva de la Bizkaia”, e hizo hincapié en que nadie perderá nada. “La cesión es por diez años, con lo que se respeta la propiedad”.

generosidad

Por su parte, tanto Marco, Lecumberri, como Mariezkurrena, manifestaron el orgullo de recibir a Recalde, la alegría por sus virtudes y su generosidad, “cualidades que le han hecho embarcarse en esta pasión a la que se ha entregado”, recalcó este último. Más de 500 procesos y 40 entrevistas en cada una de sus partes, así como una extensa labor de documentación e identificación, son base de la obra editada, que Recalde resumió al público presente.

La Vizcaya de Navarra, hoy un bosque despoblado, se ha hecho famosa. Jesús Aiesa con su jota, que no faltó, también lo ha propiciado. “Esto es una lección de querer tus raíces y trabajar por nuestros pueblos. No basta con hablar de despoblación, hay que luchar”, advirtió Roberto Lecumberri.