uien tiene capacidad para amar es capaz de transitar el duelo por la pérdida de un ser querido". Fue el punto de partida de la charla que la psicóloga de Goizargi, Nati Labairu, impartió el viernes en Lumbier a donde llevó sus serenas reflexiones sobre el duelo de la mano de Irazarra, asociación de personas mayores, de la que es miembro.

A lo largo de dos horas mantuvo la atención del público, con un tema que "sigue siendo tabú en la sociedad que no tolera el dolor, la aparta y ni siquiera la nombra por temor al sufrimiento" , manifestó. La psicóloga puso de relieve la necesidad de acompañamiento en el proceso y "de mirarnos primero a nosotros mismos, ver cómo nos sentimos ante la muerte, para poder hacerlo con calidad".

Sostuvo asimismo, que el duelo es un proceso personal, íntimo y cambiante, que puede abarcar todo nuestro comportamiento. "La muerte nos tambalea y puede ocasionar manifestaciones físicas y cognitivas; causa un dolor lacerante que provoca, incluso, el deseo de la propia muerte de la persona doliente .

El duelo es una respuesta natural y dura el tiempo necesario en cada caso. De ellos, "solo entre un 10 o 15% se complican", apuntó así como al hecho de que en Goizargi cada vez trabajan más los duelos en familia, "porque la muerte es fuente de conflicto que puede desordenar el sistema familiar.

Defendió Labairu que lo importante ante la muerte es hacerse consciente, elaborar el duelo y atender a las emociones e identificarlas, porque el proceso nos ayudará a transformar el vínculo con la persona fallecida, que permanece.

El camino del duelo se transita haciendo tareas, como dolientes activos con afán de superarlo. Las tareas son cuatro: en las dos primeras la persona fallecida lo ocupa todo, en la tercera, se instala el "para siempre, el nunca más", "mi vida sin ti", que duelen mucho, subrayó. Se acepta que la muerte es irreversible. El duelo se complica. Aparece el sentimiento de deslealtad. En la cuarta, la mirada cambia hacia el doliente, a recolocarse y seguir con su vida. "La última tarea es la de tener proyectos, ilusiones y nuevas relaciones".

En el proceso es aconsejable estar en movimiento, sin bloqueos, sortear los mitos y creencias erróneas, encontrar un equilibrio, y recordar "que todos somos dolientes capaces de superar el camino del duelo, o camino de la vida, como lo llaman los niños, que nos dan lecciones", concluyó.