tudela - Un lienzo de 12 metros de la antigua muralla islámica del siglo IX ha aparecido en el solar que ha quedado tras derruir el edificio del número 8 de la calle Herrerías de Tudela para construir un bloque de viviendas. El descubrimiento se realizó el pasado mes de octubre pero ahora Príncipe de Viana ha emitido el informe sobre el valor del hallazgo y cómo preservarlo en futuras obras del edificio.

El descubrimiento, realizado por la arqueóloga tudelana Mari Cruz Pérez Omeñaca, ha hallado igualmente los restos de una torre, cimientos de la barbacana (tramo exento a las murallas que servía como primera defensa) y alzado de la muralla realizado “en tapial”. Todo ello puede dar una idea de cómo era el recinto que protegía Tudela, tal y como ha sucedido con otros hallazgos similares en otros números pares de la misma calle (por ejemplo en el número 12).

Frente a esta muralla, en Herrerías, en la otra acera de la calle fuera de la cerca que protegía la medina, se excavó hace unos años la necrópolis islámica correspondiente a la época de su dominación de la ciudad. Esta necrópolis fue amortizada tras la conquista de Tudela en 1119 a manos de Alfonso el Batallador, año a partir del cual se obligó a trasladarse a los musulmanes a extramuros de la ciudad, iniciándose un barrio nuevo, que comenzaba al otro lado del barranco que recorría esta calle. Hay que recordar que frente a la muralla (por el centro de la calle Herrerías), existía un barranco que servía de foso natural a las defensas, ya que muy cerca transitaba el río Queiles que, igualmente, circulaba por otro tramo de las murallas.

los restos Según se apunta en el informe arqueológico, elaborado por Pérez Omeñaca, el trazado de las murallas y del torreón son del período islámico, “siendo probable que parte de los bloques de piedra (unidos con mortero blanco) sean originales, aunque la traza presenta reparaciones con piedras algo más pequeñas y con un mortero algo menos fino, con color amarillento y bastantes gravas”. Estas reparaciones, continúa el informe, es posible “que pertenezcan a diversos momentos ya de época cristiana pues la muralla quedó visible durante bastantes años siendo desmontada en parte para reaprovechar los sillares” en algunas construcciones civiles y usada como muro de bodega.

También, en estos trabajos, se ha podido delimitar el trazado y estado de conservación de la barbacana en los 2 tramos abiertos del solar. Se trataría de un muro de una anchura aproximadamente de 1,20 metros, localizándose dos tramos, unos de 1,75 metros y otro de 2,65 metros de longitud. Por otra parte, la arqueóloga Pérez Omeñaca añade en su informe que probablemente la barbacana se construiría seguramente durante la dominación cristiana a partir de Alfonso El Batallador a comienzos del siglo XII, con la intención de reforzar las defensas de la antigua medina árabe. De hecho, los restos cerámicos encontrados adosados a la barbacana datan de comienzos del siglo XII.

Desde Príncipe de Viana resaltaron que la muralla de Tudela “es la única conocida en Navarra y sin duda la que mayor entidad tuvo dentro del sistema defensivo del califato andalusí en Navarra”. Además añadieron que “constituye un caso singular el alzado del tapial conservado, característica que ya se conocía pero que nunca se había descubierto con esta magnitud”. En su informe insta a los propietarios conservar los restos aunque “no se requiere que sea integral”, si bien muestra interés por la conservación de “una parte sustancial del alzado del tapial”.

la muralla El primitivo asentamiento del siglo VIII fue rodeado de una primera fortificación que protegía la alcazaba y llegaba hasta el barranco del Mediavilla. Después, hacia el 802, los Banu Qasi, ampliaron la ciudad y le dieron el carácter de medina creciendo hasta el río Queiles. Esta muralla, las más importante, comenzaba en la Puerta de la Morería, bajaba por la divisoria entre la Plaza del Mercadal y la calle Herrerías, hasta Yangüas y Miranda, dejando fuera la actual Plaza de los Fueros (aún no estaba construida). Discurría por la calle Muro y paseo de Pamplona, hasta el antiguo cuartel de Sementales, y desde allí, en línea recta por el Terraplén hacia el puente del Ebro hasta bordear la Alcazaba (posterior castillo), abarcando el barrio de la Virgen de la Cabeza. Por Yeseros y Granados se volvía a unir a la puerta de la Morería.