La mejora del transporte urbano público de Tudela es un tema de urgente necesidad. La mitad de las paradas del bus urbano de nuestra ciudad no cuenta con marquesina y la accesibilidad y adaptabilidad deja mucho que desear.

La accesibilidad en un medio de transporte es la condición que posibilita el llegar, entrar, salir y utilizar las casas, las tiendas, los teatros, los parques y los lugares de trabajo. La accesibilidad permite a las personas ir a donde lo desean, participar en las actividades sociales y económicas para las que se ha concebido el entorno construido. Así pues, la falta de accesibilidad implica marginación y pérdida de calidad de vida para cualquier persona, pero es indudable que aquellas con discapacidad pueden ser las más afectadas.

En cuanto a la adaptabilidad, un espacio, una instalación o servicio se considera adaptado cuando se ajusta a los requisitos funcionales y dimensiones que garantizan su utilización de forma autónoma y con comodidad por parte de todos sus usuarios, es decir, sin barreras y con espacio suficiente en su interior.

Para ofrecer un buen servicio de transporte urbano, sin duda, estos dos requisitos, entre otros, deben estar presentes, dada la diversidad de condiciones especiales personales -permanentes o transitorias- de los usuarios y usuarias.

Y ¿qué condiciones son ésas? Si hablamos de discapacidad reconocida igual o superior al 33%, en Navarra este grupo supone un 5% respecto a la población total. Otro grupo especial de usuarios son las personas mayores de 65 años que, en Tudela, representan actualmente el 17,6% de la población (6.310 personas).

Pero, además de los dos grupos de población mencionados, hay que tener en cuenta personas con discapacidad transitoria de cualquier edad (cualquiera puede ser discapacitado en algún momento), mujeres embarazadas, niños y niñas entre 0-5 años y su acompañante, personas con carrito de compra, personas de baja estatura?

Esta diversidad exige un transporte público adaptable y accesible; el de Tudela no está preparado. Ni accesibilidad ni adaptabilidad son puntos fuertes, sino deficiencias muy importantes. Ni los usuarios y usuarias pueden acceder a todos aquellos lugares a los que necesitan hacerlo, ni todos los vehículos que dan el servicio cuentan con una adaptabilidad adecuada. La flota de microbuses que se emplean habitualmente en las tres líneas existentes cuentan con espacios mínimos y con barreras de acceso importantes tanto en el exterior como en su interior.

¿Qué se ha hecho hasta ahora para mejorarlo? La mayor parte de lo hecho han sido declaraciones de buenas intenciones. Con el Plan de Movilidad Urbana Sostenible -PMUS- (comenzado hacia 2007) se estableció un diagnóstico: poca frecuencia, centrado en el hospital y con rutas unidireccionales.

El Plan Estratégico de la Ciudad (P.E.C.) de enero del 2014 cuenta, entre sus actuaciones previstas, la ampliación de horarios y cambios en la frecuencia y trayectos del transporte público urbano.

El acuerdo programático I-E, PSOE, Tudela Puede 2015-19, estableció objetivos claros en los apartados 3.7 (desarrollo del PMUS) y 3.8 (Mejora de la red de microbuses urbanos en: frecuencia, conexiones, accesibilidad, mantenimiento, análisis de la viabilidad de la sustitución paulatina de los existentes por autobuses eléctricos) etc.

Y en ese punto muerto parece que nos hemos quedado de nuevo.

¿Hay algún punto fuerte? Se dice que el transporte público debe reunir las características R.E.C.: Rápido, Económico y Confortable. El de Tudela, al menos, cumple la E.: es muy económico por lo que, en este sentido, consigue compensar desigualdades. Los sucesivos convenios con Gobierno de Navarra desde 2013 y hasta 2019 han propiciado tarifas reducidas que se centran en bonobús, tarifas sociales para mayores de 65 años, personas con rentas bajas o con discapacidad, familias numerosas y la gratuidad de transbordo.

Sin duda éste es un tema complejo y urgente de resolver. Consideramos que deben darse pasos firmes hacia la consecución de objetivos planteados años atrás que parecen postergarse legislatura tras legislatura.

Y no estaría mal empezar por el estado actual de las marquesinas, mobiliario urbano en el que resguardarse de las inclemencias del tiempo y que tiene en nuestra ciudad graves deficiencias, como su no presencia en muchas de las paradas.

Analizadas las 3 líneas existentes y sus respectivas paradas se encuentran los siguientes datos: del total de las 40 paradas, actualmente 20 de ellas no cuentan con marquesina, siendo únicamente el panel informativo (muchas veces en muy mal estado) el único elemento presente; tres de ellas cuentan únicamente con techo y el estado general de algunas es muy mejorable. La mayoría de paradas con inexistencia de marquesinas se hallan en las líneas 1 y 3 (50%). En la línea 2 este porcentaje baja al 40%.

Queda mucho por hacer. Desde Geroa Bai nos comprometemos a trabajar para no solo paliar estas deficiencias en el transporte urbano público, sino también para hacerlo con perspectiva ecológica y sostenible.Los autores son miembros de Tuterako Geroa Bai Tudela