Desdeque Pericles se levantó un día por la mañana y se puso a pensar en cómo inventar la Democracia (el menos malo de todos los sistemas de gobierno dicen los técnicos) se ha usado la frase de “yo voy a gobernar para todos los...” (rellénese el gentilicio que usted, señor lector, quiera). Y siento decirlo así, pero es una de las grandes mentiras que solemos decir dentro del mundo de la política, junto con otras como “los electores han hablado y quieren un pacto de...” o “el mandato de los electores es claro”. El votante solo tiene la capacidad de emitir un voto, introducir una papeleta con la que elige al representante de su comunidad en el Congreso de los Diputados. Ni siquiera elegimos nosotros al presidente, que es algo que se lo guisan y se lo comen entre los diputados (y los grandes centros de poder). Si, señor votante, siento ser tan claro pero nosotros no elegimos al presidente o presidenta del Gobierno de España. Sí elegimos al que queremos que sea el de Navarra o al alcalde, porque encabezan las listas que nosotros introducimos en la urna. Dicho eso, todos los que gobiernan lo hacen para quienes les han votado o, a lo sumo, para quienes han votado a sus socios de gobierno. Lo que no suele pasar es que se gobierne de acuerdo con los que no los han votado por que sería un contrasentido. Este devaneo mental viene a razón de las respuestas del candidato de Navarra Suma en las que decía que el alcalde “tiene la obligación de acudir a las procesiones” porque es el mayor “evento social” de Tudela y ha de gobernar “para todos los tudelanos y no solo para sus votantes”. Si mi intención es que el primer edil de Tudela no acuda nunca a una procesión y el candidato que voto incumple lo que promete y va a las procesiones, ¿a quién está representando?, desde luego a quienes le votaron no, por lo que tampoco está gobernando para todos los tudelanos. Cuando gobernó UPN durante 18 años, ¿gobernó para todos los tudelanos? ¿ayudó a difundir el euskera? ¿apoyó al deporte base? ¿mejoró las instalaciones deportivas? ¿siguió el pensamiento de los animalistas? ¿y de los no religiosos? Por eso pienso que es un gran engaño aquello de que hay que gobernar para todos los tudelanos porque nunca se hace. Las minorías siempre salimos perdiendo, lo que pasa es que muchas veces, para las mayorías, el hecho de que se haga lo que piden las minorías suele resultar irritante.