ribaforada. Unas 150 personas secundaron el pasado sábado la manifestación convocada en Ribaforada por el colectivo senegalés de la Ribera para mostrar su rechazo a la reciente deportación de Modou Khadim Sow, el vecino de la localidad oriundo de Senegal cuya expulsión se gestó el 6 de mayo. Bajo consigas como La Ley de Extranjería es una porquería o Ningún ser humano es ilegal, los asistentes a esta protesta recorrieron varias céntricas calles del casco urbano del municipio escoltados por la Guardia Civil. El acto se desarrolló con total normalidad.

Esta protesta se enmarca en la denuncia pública que varios colectivos, como Médicos del Mundo Navarra, Papeles y Derechos Denontzat, SOS Racismo Navarra, Karabana Mugak Zabalduz, y asociaciones como el propio colectivo senegalés de la Ribera, Flor de África o África Unida, han secundado durante los últimos días, criticando la actuación del Ayuntamiento de Ribaforada en este caso. En concreto, los mencionados colectivos y plataformas reprochan al consistorio que “se haya prestado al engaño” con una práctica como la carta trampa, mediante la citación a Modou Khadim. El vecino senegalés de Ribaforada, una vez llegó al Consistorio y según narran desde su entorno, fue detenido y trasladado a dependencias policiales a manos de agentes de la Policía Nacional. Su expulsión a su país de origen se tramitó en apenas 48 horas y, según consta a los colectivos y plataformas que están siguiendo el caso, sin que mediara asistencia jurídica. Un hecho que, a juicio de estas entidades, se agrava aún más teniendo en cuenta que Modou no sabía leer.

Según explicó hace unos días Javier Urroz, miembro de Papeles y Derechos Denontzat, el de Ribaforada es un caso excepcional por tratarse del primero conocido en el que una administración local “actúa de manera directa” en la expulsión exprés. Los denunciantes señalaron que la institución “se ha excedido en sus funciones y competencias” y se ha hecho cómplice de uno de los mecanismos más atroces y practicados del racismo institucional”. Además, tal y como expresó Beatriz Villahizán, de SOS Racismo Navarra, consideran que el caso de Modou “lanza un mensaje de miedo y desprotección a una parte de los vecinos”.

Por parte del Ayuntamiento de Ribaforada, su alcalde, Jesús Mari Rodríguez, argumentó en un comunicado que el Consistorio se limitó a “cumplir un requerimiento policial para hacer efectiva la expulsión de este vecino” sobre el que, según el primer edil, pesaban antecedentes penales por delitos como falsedad documental y venta ilegal.