unque parezca que las cosas ocurren por primera vez, siempre existe una referencia anterior ya que la historia es cíclica. Como consecuencia de la pandemia de la covid-19 se han suspendido las fiestas de Tudela y, con ellas, todos los actos cívicos, si bien algunos de los religiosos siguen. El arzobispado no ha querido anular la misa de mañana 26 de julio, pero la procesión de Santa Ana no recorrerá el Casco Viejo, dada la situación de riesgo que podría representar.

Durante dos veranos, hace 88 años, ni la patrona de Tudela, ni la imagen de Santiago fueron paseadas el 25 y el 26 de julio. Eran otras épocas y la Segunda República, que vigilaba mucho los aspectos religiosos, eliminó el dinero municipal para estos actos, lo que significó la rebelión de los altos cargos eclesiásticos. La procesión, como tal, fue suprimida, y se cambió por un paseo de las imágenes por el interior de la catedral. El cambió se operó en 1932 y 1933, pero se recuperó en 1934, bajo el gobierno de la coalición de derechas comandado por la CEDA.

La decisión municipal vino precedida de una postura similar en Pamplona y tenían como antesala "perturbaciones o incidentes desagradables ante la exhibición de manifestaciones religiosas" en otras partes del país. El periódico Navarra explicó el 31-7-1932, que tras la proclamación de la República (14-4-1931) "el Ayuntamiento acordó no concurrir a la procesión del Corpus ni tampoco a la de Santa Ana" y un año más tarde advirtió a la Congregación que "para lo sucesivo no se consignarían cantidades" para este acto religioso.

Esta actitud fue calificada de "sectaria y poco tudelana" por las publicaciones más derechistas (El Ribereño Navarro y Navarra) por lo que el cabildo y la Congregación pidieron al Ayuntamiento que "abandonase el patronato de Santa Ana", a lo que se negó la corporación, presidida por Aquiles Cuadra. La separación entre celebraciones religiosas y representantes municipales llegó a tal punto que por primera vez en la historia en el programa de fiestas de 1932 se suprimió el nombre de Santa Ana en la portada y se hablaba de "festejos cívicos", algo que se cambió en 1933.

La desaparición de la patrona de Tudela se repitió en el programa de 1936, aunque aquellos festejos nunca llegaron a celebrarse.

En el caso de Tudela, los gastos del Consistorio en los actos religiosos eran de 30 pesetas, para la procesión de Santiago, y 92 para la de Santa Ana. Como comentaba el periódico Navarra el 31-7-1932, "todos saben que los rumores que a última hora circulaban tendían a cargar el sambenito de la suspensión al Cabildo o a la Cofradía de Santa Ana sin otra finalidad, tal vez, que la de evitar una impopularidad al Ayuntamiento".

La Congregación de Santa Ana abrió entonces una suscripción popular para hacer frente a los gastos y obtuvo una respuesta tan elevada que aprovecharon para sustituir el alumbrado de las velas por bombillas eléctricas, tanto en la lámpara de araña como en el altar y en las campanas de la torre. "Jamás se vio el altar mayor más iluminado; un sol radiante de luz envolvía a nuestra excelsa patrona, que la hacía aparecer más hermosa, más simpática, más graciosa y sonriente". El Ribereño Navarro describió la procesión que se celebró en el interior de la catedral aquella tarde del 26 de julio de 1932: "Trasladaron la santa imagen a su capilla entre compactas filas de sólo hombres con velas, entre los acordes de la orquesta y cantos del pueblo y con una aclamación general de todos allí presentes de vivas y aplausos, como final. ¿Qué hay en todo esto de censurable, antipatriótico y antiespañol?"

En 1933, el presbítero tudelano Cipriano Nievas recordó que "hace ya dos años que no triunfa en hombros de los tudelanos por las calles de nuestra ciudad la imagen de la patrona. Brindo estas consideraciones al alcalde, Aquiles Cuadra, excelente tudelano, hombre culto, inteligente y comprensivo, para que vaya formando el ambiente necesario a fin de que el año próximo figure entre los festejos de Santa Ana la procesión solemne, que será su más acertado complemento".

Los diarios de derechas de la capital ribera lanzaron sus ataques contra la decisión del gobierno municipal. "Desde que el laicismo es la religión oficial de la paradójica España de nuestros días, no sale en Tudela la procesión de Santiago. Pero saldrá y tal vez en ella veneremos a Santiago en una nueva significación; a Santiago Matamoros de los moros de nuestro siglo, a Santiago apareciéndose con gloriosa majestad sobre los ejércitos de la Segunda Reconquista Española que ya comienza" (Navarra, 29-7-1933).

A estos años habría que añadir 1885 (cólera) y 1936 (Guerra Civil), en este último se hizo procesión en la catedral.

Vuelve la procesión. En 1934 la imagen de Santa Ana volvió a las calles con "franco éxito". Las crónicas hablaban de que "cientos y cientos de devotos y de tudelanos acompañaban a su patrona; y millares de personas presenciaban el paso de la procesión entre aplausos y lágrimas de emoción al ver de nuevo a Santa Ana por las calles tudelanas. Aún entre muchos elementos de izquierda que presenciaban el paso de la procesión, pudimos advertir un irreprochable respeto".

Si banda. Hubo también terreno para la protesta ya que la banda municipal, obedeciendo al "despechado Ayuntamiento izquierdista", no hizo acto de presencia. Tras la petición de la congregación el Consistorio contestó señalando que "a la misma hora tenía que dar un concierto en el Prado".