"Al aterrizar en Kenia una vez fundada la ONG no sabía cual iba a ser mi misión. Salim, un niño que me tendió su mano en busca de dinero, me mostró el camino a seguir", asegura Marta Oreja, afincada en Tudela y fundadora de la ONG Supporting Healthcare in Kenya, que cubre a día de hoy las necesidades básicas de 113 niños que viven en la más la extrema pobreza en un poblado de la costa de Kenya.

Hace poco más de dos años, en enero de 2019, la joven de 29 años, profesora en ESIC Idiomas Tudela, decidió dar un salto en su vocación como voluntaria y se animó a fundar su propia ONG. "Mi voluntariado en los últimos tres años y hospitalización en Mombasa en mi última experiencia fue lo que me impulsó a volver, pero esta vez gestionando los recursos disponibles yo misma", explica Marta. Y es que tras haber realizado su voluntariado en Kenia, la tudelana tuvo que ser hospitalizada de gravedad en sus últimas dos semanas en el país. "Una sepsis (infección de sangre), una infección parasitaria y el virus del Denge me retuvieron en cama en un hospital de Mombasa. Me robaron catorce días de voluntariado", añade.

Tras regresar a Navarra, Marta lo tuvo claro y comenzó a recaudar dinero sin un proyecto fijo para finalmente llevarlo a Kenia. "No sabía aún qué iba a hacer con esos recursos, pero a través de varios métodos laboriosos conseguí recaudar 9.000 euros en seis meses. Por lo que ya estaba preparada económicamente para volver", señala. Al aterrizar en Kenia, más concretamente en Kombani, Marta decidió visitar los barrios más pobres de la zona, donde encontraría a un niño llamado Salim, que pedía dinero para su familia. "Cuando vino con la mano tendida, me impresionó su pésimo estado de salud. Tenía el brazo lleno de llagas, heridas abiertas, rasguños en la piel, con bultos..., por lo que no me lo pensé y decidí llevarlo al médico. Sin ser consciente de ello, mi proyecto ya había comenzado", señala.

"Sabía lo que era el sistema sanitario en estos países, por lo que una familia sin recursos económicos no podía ser atendida. Si podía ofrecer a los niños la posibilidad de acudir al médico, lo haría", añade. Marta había dado el primer paso en su proyecto sin darse cuenta, pero quería más. "Una vez habiéndole proporcionado asistencia sanitaria a Salim, había que realizar un seguimiento continuo de su estado, algo que no podía realizar yo misma desde Tudela". Niños como Salim no gozaban de lo necesario para su tratamiento, por lo que Marta idearía un punto de unión para su seguimiento: el colegio. "Quería escolarizar al máximo número de niños y así tenerlos controlados y poder facilitarles el alimento y medicinas", añade. Marta buscaba un lugar en el que escolarizar a los niños, alimentarlos y atender su salud cuando fuese necesario. Un nexo en el que saber dónde se ubican todo el tiempo. "Fundé el colegio, fui casa por casa recogiendo a los niños más pobres de la aldea y a los que veía en la auténtica miseria, y los acercaba al colegio con los demás.

La cooperante regresó a Navarra con 60 niños apadrinados, y tras poco más de 1 año, no solo han aumentado a 113, sino que el estado de salud de los niños ha mejorado paralelamente. El proyecto de Marta, no solo ha cogido forma, sino que día tras día crece.

"Cualquier persona puede participar en este proyecto. Por tan solo 12 euros al mes, podemos facilitar alimento, sanidad y educación a un niño. Una pequeña cantidad que para ellos es mucho", explica. Para todo aquel que quiera colaborar, a través del ingreso de 12 euros en la cuenta de la ONG ES70 2100 1461 0502 0022 4232, podrán apadrinar a un niño y satisfacer así sus necesidades más básicas. Y, por otra parte, los donantes podrán ir viendo crecer a los niños siguiendo el proyecto vía Redes Sociales: www.facebook.com/mamaduke281 y por Instagram: @supporting.healthcare.in.kenya Lo que para nosotros no significa nada, en Kenia puede significar la vida.

Marta Oreja tiene un sueño y es que "cuando estos niños estén bien, pueda seguir ayudando a otros más. No me gustaría darles el privilegio a unos y que otros muchos no reciban ni las necesidades básicas" concluye.