El pasado 30 de junio, a los 89 años falleció Agustín Olaiz Carricaburu, natural de Lekaroz, en la localidad de Villa María, ciudad de la provincia de Córdoba, cabecera del departamento General San Martín, en Argentina. El finado había nacido en mayo de 1934 y residía en la República Argentina desde finales de los años cuarenta, según informa el portal Euskalkultura.com en internet.

En una entrevista realizada años atrás por el periodista Pepo Garay, Agustín Olaiz recordaba haber nacido en Lekaroz, “un pueblo muy pequeño de Navarra, muy rural, cercano a Francia y a pocos minutos a pie de los Pirineos. Está en el Valle de Baztan, y es atravesado por el río del mismo nombre, o Bidasoa. Es realmente bonito, con pequeñas montañas, casonas viejas y verde por todos lados”.

En aquella ocasión, señalaba que tuvo una infancia feliz que cambió con la guerra civil española 1936-1939: “Primero, los dueños del campo nos hicieron ir y tuvimos que marcharnos al vecino pueblo de Arraioz. Yo por entonces tendría unos 11 o 12 años. Ese tiempo fue terrible. Ya no teníamos huertos ni animales, y en general en toda la zona la miseria era grande. Todo lo teníamos racionado, el pan, el arroz… a veces en casa comíamos algunas papas (patatas) hervidas y nada más. Yo conocí gente que murió de hambre”, lamentaba.

"Los principales contrarios de Franco y los suyos éramos los vascos, nos dieron fuerte. Cómo sería la persecución que los soldados llegaban a los caseríos y le sacaban la poca comida que tenía la gente. Así es que era común carnear los chanchos (cerdos) y enterrar los jamones y esas cosas en los campos, guardarlos para que no se los llevaran", afirmaba.

"Olaiz llegó a Argentina a finales de la década del 40, a través de mi tío, Cesareo Carricaburu. Él y su familia habían llegado antes. La región (Córdoba, Argentina) estaba llena de vascos. Entonces nos vinimos con mi hermano Graciano. Yo tenía unos 15 años. Estuvimos como dos o tres años trabajando en el campo de mi tío en la zona rural de Tío Pujio, en un tambo. A los dos años juntamos para devolverle el dinero del pasaje en barco".

A la localidad de Villa María llegó “en el año 1982, con mi esposa, Trinidad Plaza, y compré la casa en donde vivo actualmente. Entonces trabajaba en el Centro Vasco, en el bar, haciendo asados y el mantenimiento de la cancha de pelota. La vida cambió. De estar en el campo e irme a dormir temprano, a la ciudad, al movimiento del Centro Vasco, a acostarme tarde”. Al final de la entrevista afirmaba: “¡Yo amo Villa María! En Lekaroz me crie al lado del río, y acá me encanta ir al Calamuchita, a pescar y ver el paisaje. Ahí hay una conexión, la que se da entre mis dos ríos: El Bidasoa y el Calamuchita”.

A su muerte, el referente vasco Gerardo Echeverría escribía que “un hondo pesar invade la Casa Vasca de nuestra ciudad. Agustín Olaiz Carricaburu ha emprendido un largo viaje al cielo, para jugar a la paleta con otros muy grandes que nos han dejado antes”. “Llevó adelante una vida honrosa, honesta y cargada de miles de anécdotas, tanto de su vida propia como la deportiva”. Además de alcalde institucional de Villa María, Agustín Olaiz fue un pelotari de primera categoría, representó a la Argentina en pelota mano en el Mundial de 1930 que se celebró en Uruguay, y jugó muchos años con su eterno compañero Miguel Ángel Carricaburu. Descanse en paz.