Malena es un nombre de tango

Almudena Grandes

Un cáncer segó la vida de la madrileña Almudena Grandes el 27 de noviembre de 2021. La noticia conmocionó a un país entero que apenas un mes antes se había enterado de la enfermedad que padecía la escritora en una columna suya aparecida en El País Semanal. “He tenido que escribir algunos artículos muy complicados a lo largo de mi vida. Ninguno como este”. El cáncer se lo detectaron en 2020. “Todo empezó hace poco más de un año. Revisión rutinaria, tumor maligno, buen pronóstico y a pelear”. Desgraciadamente, la escritora no le pudo dar la vuelta a la situación y falleció causando un profundo impacto que ha trascendido el universo literario y cultural del que formaba parte.

‘Malena es un nombre de tango’, publicada en 1994 por la editorial Tusquets, fue su tercera novela. Una treintañera Grtandes se convirtió en una de las figuras destacadas de las letras castellanas. Es la historia de una joven madrileña nacida en el seno de una familia burguesa que rompe los esquemas de la España pacata y conservadora de 1960. Dividida en cuatro partes y con una extensión de 560 páginas, el libro se convirtió en un éxito de ventas. Es una de las obras icónicas de la periodista, novelista y Premio Nacional de Narrativa.

Solo en 2002 se habían despachado 25 ediciones y había sido traducido al inglés y al alemán, entre otros idiomas. En 1996, Gerardo Herrero llevó al cine la novela en una homónima adaptación que obtuvo críticas dispares y que despega gracias a la brillante interpretación de Ariadna Gil. En total, seis de las obras de Almudena Grandes se pudieron ver en la gran pantalla. Su relación con el séptimo arte fue muy estrecha: era patrona de honor de la Fundación Academia de Cine.

La aceptación de su aspecto físico, su condición de mujer, el ansia de sentirse amada… El eje de Malena es la propia Malena. “Antes de acostarme”, se lee en el libro, “tenía la tentación de encerrarme en el baño y mirarme en el espejo y aprendí, poco a poco, que aquellos ojos y aquella piel, que aquellos rizos y aquella piel eran los míos. Porque eran el reflejo del rostro que él había querido mirar y mi repentina belleza no era sino la huella más profunda de su mirada”. La escritora madrileña inició su andadura picoteando en la novela erótica (‘Las edades de Lulú’) y se labró una solida carrera que ha tenido como objeto dignificar el legado republicano y restañar las heridas de la Guerra Civil y el franquismo.

Edad Prohibida

Torcuato Luca de Tena

Con la Guerra Civil como telón de fondo, dos jóvenes de caracteres opuestos -el introvertido y callado Anastasio, el alegre y sociable Enrique- se hacen amigos en un paseo playero. Ambos experimentarán la sexualidad y los primeros escarceos amorosos de la adolescencia a su manera; el primero, con mucha cautela y pies de plomo. Enrique, en cambio, no pondrá frenos a los impulsos juveniles y querrá beberse la vida a tragos. El exdirector del ABC y autor de la aclamada novela ‘Los renglones torcidos de Dios’ se atrevió con un relato adolescente publicado en 1958 y desarrollado en San Sebastián.

Era lo que se llevaba. Torcuato Luca de Tena se apuntó al carro de una nueva generación de cineastas y escritores que se acercaban a la primera juventud desde una óptica muchos más interesante y ambiciosa que sus predecesores. ‘Rebeldes sin causa’, ‘Lolita’, ‘El Guardián entre el centeno’ o una parte de la literatura beat pertenecen a la década de los 50. Los adolescentes dejan de ser unos personajes bobalicones y pasivos y demuestran que tienen cosas que contar y aportar al mundo del arte. El libro del también académico de la RAE se mueve entre el libertino y atrevido Enrique y el tierno e inocente Anastasio. Son las dos caras, irreconciliables, que guían las historias de los protagonistas y que tal vez reflejan el alma ambivalente del propio autor. Hay pasajes moralizantes que han quedado desfasados, como fieles reflejos de una época ya lejana. Luca de Tena no escatima en tramas más picantes que incluyen la visita a un burdel, un gigoló menor de edad, la depravación ética. No todo es almíbar. Y Anastasio resulta entrañable visto con los ojos de la sociedad actual, ya de vuelta de todo en lo referente a cuestiones sexuales.

Este párrafo sirve como ejemplo de la candidez del personaje: “Apareció de pronto una mujer desnuda con una toallita entre las piernas. Cruzó corriendo el pasillo y se metió en el retrete. Nadie la miró. Anastasio no había visto nunca una mujer así. Y se sorprendió de que no le conmoviera especialmente. El desnudo le pareció desolador. Le recordaba el frío, la miseria infinita, y el grabado de un catecismo francés sobre los condenados a las penas eternas”. La adolescencia siempre será revolucionaria, aunque cada cual lo lleve a su manera. Y la vida resulta difícil de catalogar y predecir, ocurra en los últimos suspiros y se haya vivido mucho o en los primeros compases del descubrimiento vital que describe con solvencia Luca de Tena.

Desde el otro lado

Bernardo Atxaga

Bernardo Atxaga lo ha ganado todo o casi todo: el Premio Euskadi, el Premio de la Crítica, el Premio Nacional de Narrativa, el Premio Millepages de París, ha sido finalista de IMPAC European Literary Award… La fiebre por el mundo rural y mágico de ‘Obabakoak’ llegó a todos los rincones del mundo. Se ha traducido a 27 idiomas y más de 30 años después se siguen reeditando nuevos ejemplares de su obra maestra. El escritor de Asteasu, de 70 años, icono de la cultura vasca, publicó su última novela hace tres años (‘Casas y tumbas’ Pamiela, 2019) y desde entonces se ha dedicado a otros menesteres literarios.

Desde el otro lado’ se enmarca en esta nueva etapa. Atxaga presenta cuatro narraciones en los que se entremezcla lo fantástico y lo real, las difusas fronteras que separan la alucinación de la revelación. También se percibe el latido que recuerda al escritor de ‘Obabakoak’. Uno de los relatos, ‘Dos hermanos’, se publicó a mediados de los 80 en euskera con el título ‘Bi anai’. 10 años después, en 1995, el autor guipuzcoano tradujo el texto en el que dos hermanos se tienen que enfrentar a un enemigo que encarna el mal colectivo. ‘La muerte de Andoni a la luz del LSD’ no se había dado a conocer hasta ahora en castellano. Solo se conocía su versión en euskera bajo el nombre de ‘Andoniren heriotza LSDaren argitan’.

Por su parte, ‘Conferencia sobre la vida y la muerte en el cementerio de Obaba-Ugarte’ y ‘Un crimen de película’ son textos inéditos que Atxaga publica por primera vez en castellano. En el primero de ellos regresa al territorio Obaba y dos conferenciantes charlan sobre la vida y la muerte en un tono surrealista ante la audiencia reunida a su alrededor. En el caso del último texto del libro, la premisa no puede ser más curiosa: un búho muy perspicaz resolverá una serie de crímenes en la América profunda donde viven y se cruzan aves, reptiles y roedores.

Desde la editorial Alfaguara se ha vendido ‘Desde el otro lado’ como el regreso del escritor que “cuenta la vida y la muerte como dos caras de una misma cosa, la cadena de afectos que nos unen los unos a los otros, la sensibilidad de los animales, la violencia, la maldad, la perdida y la soledad del ser humano”. La mejor versión de Bernardo Atxaga, en estado puro y en formato reducido.

Escrito en el agua

Paula Hawkins

Paula Hawkinks (Zimbawe, 1972) vive en Londres desde la adolescencia y es una de las voces más reconocibles del ‘domestic noir’, subgénero de la novela negra ambientado en un entorno cotidiano y protagonizado por personas normales y corrientes. Para Hawkinks, cualquiera de nosotros puede llegar a ser un cruel asesino. O no.

En su debut literario, ‘La chica del tren’, triunfó por todo lo alto con un thriller que se adaptó al cine con la actriz Emily Blunt en el papel principal. Según la editorial Planeta, la novela logró 27 millones de lectores en una cincuentena de países repartidos por todo el mundo. Había nacido un nuevo fenómeno literario.

‘Escrito en el agua’ es el difícil segundo libro de una autora que con su debut alcanzó la cumbre comercial superando las mastodónticas cifras de Dan Brown. Como sucede en este tipo de narraciones, abundan los atajos, las zancadillas y un amplio abanico de personajes que no son lo que parecen. Todo está lleno de interrogantes, de pistas falsas. El punto de partida es un bellísimo paraje que esconde un trágico desenlace en el que varias mujeres han aparecido ahogadas. ¿Son suicidios? ¿Hay un asesino suelto en la zona y nadie ha dado con él? La extraña muerte de Nel Abbott, encargada de investigar sobre lo ocurrido, enciende todas las alarmas. Provoca que su hermana Jules visite el lugar del crimen y al fin se empiece a arrojar cierta luz sobre la denominada poza de las ahogadas.

Hay quien ha visto en la novela y, concretamente en los personajes de Jules y Amaia Salazar, una conexión con ‘El guardián invisible’ de Dolores Redondo. Ambos comparten pasados tormentosos, pesados lastres para resolver las incógnitas del presente. ‘Escrito en el Agua’ es un extenso libro de 560 páginas que, sin llegar a la locura desatada con su debut, fue bien recibida por los lectores. La escritora británica tiene buenos maestros, también en el cine: “Algo que admiro de Hitchcock”, confiesa, “es la manera en la que construye el suspense a partir de personajes que no se pueden fiar de sí mismos. Me gusta esa perspectiva paranoica”.