La foto de Zapatero
lA frase, así expresada de forma fría, desvela en todo su crudo alcance esa visión falsaria y utilitarista de la política: "La foto es lo más importante", le dijo Zapatero al dictador Mohamed VI durante su breve encuentro en Nueva York. Breve tenía que ser si lo importante era la foto. Esa política que entiende su comunicación con los ciudadanos a través de mensajes y consignas de laboratorio conformadas al margen de la verdad de los hechos con la única finalidad de lograr atemperar las ansias de participación democrática de la sociedad. "La foto es lo más importante", desvelaron los micrófonos de ambiente de las cámaras que captaban las imágenes previas al encuentro. La foto era lo importante de la escena preparada por el equipo de propaganda de Zapatero, ni la situación de los derechos humanos en Marruecos, ni los derechos civiles y políticos de los saharauis, ni las consecuencias humanas de la brutal represión del régimen alauita, ni las consecuencias económicas y sociales de la explotación de los recursos naturales de la zona por parte de empresas y multinacionales españolas y francesas. De hecho, si creemos a Zapatero, en ese encuentro de media hora no hablaron de nada serio, y será seguramente verdad, todo estaba preparado para emitir a la opinión pública una foto. Sólo que la foto no va acompañada de contenido alguno, es una farsa política más. "La foto es lo más importante", muestra al peor Zapatero, ése que ha ido dejando los principios que le auparon al poder y le aseguraron la confianza electoral en la gatera del poder de los pasillos de Moncloa sin rubor democrático y ético alguno.