Me confieso muy poco sanferminera y absolutamente nada taurina. El folclore me atrae lo justo, y solo me emociona una jota bien cantada o un aurresku bien bailao. Sin embargo, el cartel anunciador de las fiestas de San Fermín 2025, obra de la artista Sandra Nadal Vital, me ha gustado mucho. A mi juicio, es sencillamente el mejor de todos los que he visto. Y lo es por varios motivos.
En primer lugar, porque representa una imagen que solía ser cotidiana en esas fechas en Pamplona. Y digo bien, solía ser, porque ya no lo es. Hoy en día no se puede tender la ropa en ventanas o balcones que dan a la calle. Parece que esas tareas domésticas ya no existen, o que es feo mostrarlas. Pero yo creo que hay que reivindicarlas. En las casas donde se tendía la ropa había -y sigue habiendo- vida, familias, ritmos cotidianos, mujeres que trabajan en el hogar... Parece que todo eso resulta poco estético, que pertenece a otro tiempo o a otra clase social. Hoy se oculta: los edificios nuevos ya no contemplan espacios para tender la ropa, o si los tienen, se disimulan tras rejas o mamparas.
En segundo lugar, por fin tenemos un cartel sin toros, sin cuernos, sin hombres corriendo en el encierro. Ya era hora de reivindicar imágenes reales y cotidianas de una fiesta que debe ser inclusiva, abierta a todos los públicos: quienes salen de día, de noche, quienes no salen porque no quieren o no pueden, quienes desean descansar durante sus vacaciones, quienes no se sienten parte de una fiesta sucia, machista o excesiva. Este cartel, al menos para mí, transmite todo eso.
No creo que sea casualidad que la autora del cartel sea una mujer. Detrás de esa imagen de la colada tendida al sol y al cierzo están muchas mujeres que participan -más o menos- en la fiesta, que lavan, tienden y planchan la ropa para que la familia salga con “la camisa blanca y pantalón como la cal”.
Por último, me parece un error hacer referencia al cartel de 2009, que también aludía a la ropa sanferminera a través de una lavadora. Nada que ver. Tenía su gracia y se refería a algo similar, sí, pero las asociaciones que despierta son distintas, y sobre todo, restan protagonismo a la autora actual.
Mi más sincera enhorabuena, Sandra Nadal Vital.