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Paro y recortes: reparto, movilización y unidad de acción

LA crisis económica se prolonga; las empresas reducen la producción y prescinden de sus trabajadoras y trabajadores, aumenta el desempleo. El desempleo se ha convertido en el principal problema de nuestra sociedad. Sin embargo, el Gobierno no ha querido hacer frente al desempleo, ni a sus consecuencias.

Lo primero que hicieron fue rescatar a la banca privada que, en su desmedido afán de lucro, había concedido préstamos hipotecarios comprometiendo su propia viabilidad.

A continuación, en vez de hacer frente al desempleo y repartir los trabajos, en vez de reducir la jornada laboral para que pueda trabajar más gente, retrasaron la edad de jubilación. En vez de proteger a las personas más necesitadas, han dificultado el acceso a la prestación por desempleo y eliminado la protección a quienes ya la había agotado.

Nos intoxican con su propaganda, tratan de hacernos creer que favoreciendo al empresariado se creará empleo y establecen bonificaciones a la carta (en las cuotas a la Seguridad Social, en el Impuesto de Sociedades, en el de Actividades Económicas?). El resultado es que el desempleo aumenta.

Congelan las pensiones, reducen el sueldo a los empleados públicos. Hacen una reforma laboral, una reforma de la negociación colectiva, una reforma de las pensiones? Todo ello en contra de los trabajadores.

La crisis sigue y las condiciones de vida de la clase trabajadora se agravan. Tras el paro y el fin de las prestaciones por desempleo llegan los desahucios. El Gobierno se centra en reducir el déficit y pagar la deuda pública, que constantemente tiene que refinanciar con nuevas emisiones y, para ello, en vez de hacer una reforma fiscal que le permita aumentar los ingresos, haciendo pagar más a quienes más tienen y combatiendo el escandaloso fraude fiscal, reduce gastos sociales. Suprime coberturas sociales, recorta gastos en educación y en sanidad. Por el contrario, mantienen los gastos militares y las misiones en Afganistán o en Libia. Tampoco las grandes infraestructuras sin utilidad social y sin viabilidad económica se ven afectadas. En Navarra se ha construido un circuito de automovilismo, un pabellón deportivo, se construye el Canal de Navarra, se construye un TAV antiecológico, ruinoso y elitista.

Ha llegado el momento de decir: ¡basta! Basta de abuso, basta de expolio, basta de exclusión. Nosotros y nosotras somos el pueblo. Estáis gobernando para los mercados y no para las personas. Somos el pueblo y no tenéis legitimidad para cercenar nuestros derechos (derecho al trabajo, a la vivienda, a la salud y la educación). No tenéis legitimidad para subir impuestos indirectos como el IVA, mientras empresarios y profesionales liberales declaran la mitad que los trabajadores. Ha llegado el momento de decir basta.

Juanan Iriarte (ESK), Manuel Velasco (CGT) e Ignacio Donezar (CNT)