Y un año más sin plaza...
UN año más, asistimos al lamentable, bochornoso y ridículo proceso de matriculación en la Escuela Oficial de Idiomas de Pamplona. Después del delirio informático del año pasado, los que dirigen el cotarro piensan? y siguen pensando? y tras mucho pensar, barajan la opción del sorteo. Bueno, igual no es un sistema completamente justo, pero abaratamos costes, no bloqueamos la red y oye, al que le toca le toca, que así funciona la lotería y nadie protesta. Claro, que después de dos sorteos, siguen quedando vacantes libres y aquí nos vamos a topar, con que en este punto (no llegaron tan lejos en el abordaje del problema), el sistema es el mismo. Congregamos a los preinscritos no afortunados de la loto, para que en el día D a la hora H, puedan formalizar su matrícula online en aquellos grupos en los que todavía quedan plazas vacantes. Y la hermana de la que suscribe, quince minutos antes de la hora en cuestión, intenta sin éxito acceder a un sistema que la echa porque no la reconoce, y así seguimos, y llega la hora, y pasan cinco, diez, quince minutos, y tras llamadas y correos, obtiene como única respuesta de nuevo el famoso colapso de la red. Fácil pero increíble. Lo cierto es que no es cierto, que el único colapso estará en la cabeza de alguno, que se olvidó de permitir a los preinscritos ser reconocidos para que puedan formalizar la matrícula; que se olvidó de redirigir desde la zona de preinscripción a la zona de matrícula, a través de un link, que misteriosamente no fue visible hasta una hora más tarde de y una vez efectuada la correspondiente reclamación. Ya era tarde. Y si alguien que entiende de informática lee este artículo, convendrá conmigo en que un colapso en la red no ocasiona que aparezca y desaparezca por arte de birlibirloque un link. Lo lamentable es, una vez más, que la educación lingüística en Pamplona dependa de una lotería, que no se acceda a la misma en igualdad de oportunidades, y que todos los derechos que como ciudadanos nos asisten, no sean más que palabras escritas en papel mojado, que la realidad es que con el principio de igualdad me quedo sin plaza un año más y con mi derecho a protestar me voy a estudiar a otra parte, o donde me venga en gana.
El día en cuestión hubo más afectados por este hecho, y debido a la inmersión de la famosa EOIP en las nuevas tecnologías, varios de ellos expusieron su situación en la página de una famosa red social de dicha escuela, mi hermana entre ellos. Un comentario inofensivo, de denuncia explicando unos hechos, firmado con nombre y apellidos, que de manera torticera, fue eliminado por los administradores de dicha página, cuyos nombres y apellidos no tengo el placer de conocer. Juzguen ustedes mismos. Éste es el mundo por el que nuestros padres lucharon, un mundo en el que la comunicación televisiva se basa en programas en que se usa la palabra para denigrar, insultar, masacrar al prójimo, pero si pretendes hacerte oír porque has sufrido una injusticia no te lo permiten; en el que se tira el dinero en cosas banales y no se invierte en donde realmente hace falta, véase, dinero invertido en centro de eventos al lado de estadio de fútbol, paralizado por falta de financiación, y una sola escuela de idiomas para toda Pamplona, insuficiente desde hace varios años; un mundo en el que la libertad de expresión existe a medias, para según quien y a quien convenga. Y es que las cosas, en treinta años, no han cambiado tanto?
Una humilde petición, para la matriculación del año que viene a ver si llegamos, con sus pensamientos, aún más lejos?
Edurne López Elía