Y usted, doctora, ¿se queda o se va?
"UFF, qué cosas pregunta! Yo en cuanto pueda me voy". Estaba hablando con la doctora de mi centro de salud, una médico joven que, además de la consulta en el ambulatorio, hace guardias en el Hospital. No lleva muchos meses con nosotros pero la verdad es que le hemos cogido mucha confianza.
Acaban de mandarla al paro porque tenía un contrato temporal y ya no renuevan nada. ¡Ya saben! Con los recortes?
Yo intentaba convencerla de lo bien que se vive en Navarra y de lo buena que es su sanidad, y que si aguanta un poco seguro que le sale algo, pero ella ha desmontado mis argumentos con la habilidad de un cirujano.
"Mire hombre, ¡cómo voy a seguir trabajando aquí! Basta fijarse en cómo están mis compañeros mayores para darse cuenta que esto es una ruina.
De entrada pagan peor que en cualquier otra parte de España, lo cual es decir que es de los peores sueldos de Europa. ¡Y eso cuando pagan!, porque no sé si usted sabrá que, además de recortar el sueldo, llevan meses sin pagar complementos y eso aunque el juez te haya dado la razón. Les es igual, ¡simplemente no pagan y punto! No han cumplido los compromisos que contrajeron anteriormente, ¡y eso que gobiernan los mismos! Y además nos piden que trabajemos más por menos.
¡Llevamos años con menos!, con menos sueldo, con menos horas para formarnos, con menos medios para trabajar y con menos tiempo para dedicar a los pacientes.
Y también llevamos años con más, con más trabajo, con más presión y sobre todo con más desprecio por parte de los que mandan.
¿De verdad cree usted que nosotros somos los responsables del gasto de medicinas? ¿De verdad cree usted que somos nosotros los que creamos las listas de espera? ¿De verdad cree usted que nos gusta trabajar 4.000 horas al año a precio tasado y que encima te llamen vago y caradura?
No mire, yo quiero mucho a esta tierra, pero han salido oposiciones en el País Vasco y en otros sitios.
Allí, aunque hay crisis, no se la endosan al médico. ¡Yo en cuanto pueda me voy!".
La conversación me dejó un poco tocada. Cuando hablas con ella en la consulta transmite dulzura y paciencia. En cambio ahora aparecía dolida e indignada. Quizás sea verdad, quizás la sanidad navarra no sea lo que quieren vendernos.
Quizás debamos cuidar a nuestros médicos para permitirles que nos puedan cuidar.
Rosa Alás Brun
Vocal de Atención Primaria. Sindicato Médico de Navarra