Fin del mundo en 2012
MUCHO se ha escrito y hablado sobre la posibilidad del fin del mundo en 2012. Existen varias, muchas, teorías sobre dicho fin, alimentadas por grandes profecías de los mayas y, también, por las de Nostradamus. Estas profecías han calado hondo, muy hondo, ya que quien más quien menos ha pensado alguna vez que podría ocurrir. Guerras nucleares, catástrofes naturales o pandemias mundiales son sólo algunas de las soluciones que se le han dado a la cuestión del cómo. Yo, en cambio, tengo una opinión distinta para este supuesto fin del mundo del año próximo.
Actualmente el mundo está sumergido en una crisis económica sin precedentes. El crack de 1929 puede acercarse a la situación actual, pero por la dimensión que ésta última está tomando creo que se queda corto. Así, en los últimos días, semanas, meses e, incluso, años, vivimos pendientes de la siguiente mala noticia de los partes informativos: que si las agencias de calificación bajan los ratings de los países europeos, que si la formación de una nueva Europa nos salvará, etcétera. Los políticos hacen todo lo que pueden para intentar sacarnos de este caos económico sin muchas respuestas (al menos hasta el momento). Por esta razón, cada dos por tres vemos en la Puerta del Sol o en Wall Street a gente indignada por esta situación reclamando, sin éxito, una solución para acabar con esta situación.
Ahora bien, se preguntarán, ¿qué tienen en común las dos ideas que acabo de aportar? Muy sencillo: yo interpreto las ideas del fin del mundo como un cambio radical. Un cambio tan radical que puede hacer cambiar el sistema económico mundial, ya que, al parecer, el capitalismo ha dejado de ser perfecto. No es descabellado pensar que en un futuro no muy lejano, la gente de a pie se indigne hasta tal punto que se inicie una revolución. Al igual que pasó con la burguesía en su día, un nuevo orden será posible con una rebelión a nivel mundial orquestada por los que sufren (sufrimos) la crisis a diario (véase el paro y la falta de soluciones por parte de los que mandan) frente a la tiranía actual de políticos y agentes financieros que controlan el mundo a su libre albedrío (agencias de rating desestabilizadoras de países, multinacionales que controlan gobiernos enteros, políticos que se dejan comprar y un largo etcétera).
Todo esto originaría un efecto dominó fatal para los que ahora tienen el poder. La situación ya está muy tensa. La gente ya ha salido a la calle en más de una ocasión. ¿Cuánto tardará el mercado en dar una razón lo suficientemente grande para que las protestas se multipliquen? 2012 nos dará la respuesta.
Aimar Serrano Arana