A la profesora de educación física (licenciada en Ciencias de la actividad física y deportiva) Maider Blasco Perez (22/07/1982, Eibar) le encanta el ejercicio, ya sea pala, surf, monte, esquí, atletismo..., tanto que no concibe la vida sin él. No obstante, otra de sus pasiones es el ganchillo, concretamente el crochet. Y es que la eibartarra muestra algunas de sus creaciones con esta técnica en su perfil de redes sociales @mai.gantxilo.

Maider Blasco también es profesora de educación física. Cedida

Conocimientos heredados de ama y amama

Desde pequeña, Maider ha visto a su ama y a su amama haciendo punto, aunque esta última también era amante del ganchillo. No puede decir a qué edad nació su pasión por lo que hace, pero se acuerda de que se le ocurrió dedicarse a ello en el momento en el que quería hacer una bufanda. Con hilo muy gordo y a punto, Blasco realizó sus primeras bufandas para ella, para su hermana e incluso para alguna amiga. Después de esto, su amama le enseñó los puntos básicos de ganchillo y, con su ayuda, hizo un bolsito

No obstante, fue ya en la edad adulta, aproximadamente con 32 años, cuando de verdad la artesana guipuzcoana se sumergió a fondo en el mundo del ganchillo. Cuando dio el salto a la educación, al tener jornadas parciales y sin continuidad, empezó a acudir al taller de una amiga y fue ahí donde aprendió, entendió y se enganchó a ello. “Gracias a ella, Maite, aprendí técnicas, a leer patrones y me dio a conocer personas y libros para inspirarme”, detalla Maider Blasco. Asimismo, recuerda que fue posteriormente, en el confinamiento, cuando también empezó a trastear con la máquina de coser y ahora le encanta crear cosas con ella.

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Horas y horas de dedicación

Al tener un conocimiento previo de los puntos básicos, a Maider Blasco se le hizo fácil cogerle el truco al proceso de creación. Y es que la artesana realiza múltiples creaciones, cuyo tiempo invertido en su elaboración depende mucho de cada una. “Si es una prenda de vestir, son muchas las horas que hay que invertir”, puntualiza. Por otro lado, también nos cuenta que si son muñecos muy pequeños como “las ballenitas pequeñas”, en menos de una hora están realizadas. Sin embargo, la creación de muñecos más grandes “no baja de 8 horas y, si ya son elaborados, súmale unas cuantas más”.

En cuanto a los materiales, al principio Blasco los compraba en el taller de su amiga, pero tuvo que cerrar. Ahora, al vivir en un pueblo pequeño, no tiene a mano ningún comercio al que poder acudir con facilidad. Por ello, compra online, donde encuentra una gran variedad y calidad de productos. “Eso sí, poder tocar el material y verlo físicamente es mejor para poder elegir lo que se ajusta a las necesidades”, matiza la creadora guipuzcoana.

Si algo tienen en común los muñecos de ganchillo es que se cosen por partes. Cedida

Por último y, pese a que cada proyecto tiene sus pasos, Maider Blasco cuenta que hay algo que tienen en común los muñecos, que realizados con la técnica de ganchillo reciben el nombre de amigurumis. El rasgo que comparten estos simpáticos peluches es que las diferentes partes se realizan por separado y después se unen cosiendo. Primero se elaboran las partes principales o las bases, cabeza y cuerpo por lo general, y después los brazos, piernas, nariz, cola...

A los muñecos de ganchillo se les suele llamar 'amigurumis'.

A los muñecos de ganchillo se les suele llamar 'amigurumis'. Cedida

La ilusión hecha muñeco, así es el arte del crochet

Maider Blasco ha elaborado múltiples regalos para su círculo cercano

Cada proyecto que la artesana Maider Blasco lleva a cabo lo hace con mucha ilusión. Para ella, cada uno es especial. Cuando tiene algún pedido le encanta la fase de buscar, que se adecue a lo que quieren o le han pedido y, sobre todo, ver la cara de sus nuevos propietarios cuando se los entrega. También le encanta hacer regalos y ha cogido por costumbre el regalarle un muñeco a las personas cercanas a ella que tienen su primer bebé.

Considera que lo que más le ha costado hacer ha sido el unicornio que le hizo a su sobrina para su cumpleaños. Estaba repleto de muchos detalles, piezas pequeñas, estrechas, había que ponerle pestañas postizas... “Pero el resultado fue muy bonito y la cara de ella, lo más”, sonríe Maider. 

La creación más difícil de hacer para Blasco fue el unicornio que le regaló a su sobrina.

La creación más difícil de hacer para Blasco fue el unicornio que le regaló a su sobrina. Cedida

Respecto a lo más peculiar que ha hecho, diría que son las ovejitas. Le encantan y cree que es algo que tiene mucho que ver con nuestra cultura, además de que han gustado mucho.

Maider Blasco cree que las ovejitas tienen mucho que ver con nuestra cultura. Cedida

Por último, de lo que más orgullosa se siente es de los dos muñecos que ha hecho sin patrón. Pese a que piensa que “el resultado es mejorable” y no son los que más le gustan, el ser capaz de realizarlos desde sus conocimientos es algo que le enorgullece. Uno de ellos es un muñeco de dibujos animados que le pidió una amiga para su hijo, un pollito.

Maider Blasco ha hecho dos muñecos sin patrón, de los que se siente muy orgullosa.

Maider Blasco ha hecho dos muñecos sin patrón, de los que se siente muy orgullosa. Cedida

Libertad creativa sin prisas ni redes

La tejedora amante del ganchillo Maider Blasco siempre ha andado en un entorno cercano y nunca ha sido su intención darse a conocer, ya que su objetivo es puro disfrute, por lo que las redes sociales le son bastante indiferente.

“Hago lo que hago porque me gusta y sin ninguna presión. Cuando quiero y durante el tiempo que quiero”, afirma. Solo con decirnos que la última chaqueta que empezó hace un par de años ha sido terminada al inicio de este verano, podemos hacernos una idea de la personalidad de Blasco.

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Anécdota

Para Maider Blasco ha sido muy gratificante saber que los niños y las niñas han querido mucho a los muñecos que ella ha realizado. Una de estas niñas quería y necesitaba para dormir un unicornio que le encargó su tía. Se lo perdieron y era tal el disgusto y la conexión con el muñeco, que tuvieron que poner un anuncio de pérdida. Lo encontraron y fue un alivio para todos, incluso para ella. “Si no, ya tenía en mente hacerle otro igualito”, concluye la creadora.

Y es que desde el verano pasado no había vuelto a coger el ganchillo hasta el inicio de este. No obstante, destaca que sí que es verdad que gente cercana a ella se ha sorprendido al ver su Instagram y lo que ha ido haciendo poco a poco. Por otra parte, si Blasco tuviera que vivir un día a día sin redes sociales, en su vida “no cambiaría nada en absoluto”. Es más, entra una vez al día por la mañana, lo mira durante unos cinco minutos y nada más. Tiene quitadas las notificaciones, por lo que remarca que no tiene “ninguna dependencia de ellas”