Sobre la inundación de la perrera de Etxauri
DESDE la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Navarra quisiéramos desmentir algunas afirmaciones que han sido publicadas estos últimos días en diversos medios de comunicación con motivo de la inundación de la perrera de Etxauri el pasado 15 de enero, así como explicar cómo vivimos los hechos in situ.
En primer lugar, aclarar que no es cierto que hace unos años muriesen en Etxauri más de cuarenta perros. Esta acusación, realizada por el actual gestor de la perrera, nos afecta especialmente puesto que dicha perrera estaba a nuestro cargo por aquel entonces. Durante nuestra gestión se produjeron dos inundaciones: la primera de ellas tuvo lugar durante la construcción de las instalaciones y aún no había animales en el interior, y la segunda fue en el año 2003. En esta última se logró evacuar a todos los perros a tiempo y, afortunadamente, no hubo muertes que lamentar. Y a lo largo de nuestra gestión se realizaron varios desalojos más en prevención de otras posibles inundaciones.
A continuación, quisiéramos dejar claro que los actuales responsables, por adjudicación del Gobierno de Navarra, de la gestión de la perrera de Etxauri no colaboraron en las labores de rescate del pasado 15 de enero como se espera en este tipo de situaciones de emergencia, que requieren rapidez y eficacia. Es más, dificultaron la labor de los voluntarios y asociaciones animalistas cerrando las puertas de la perrera y dejando a los animales sueltos dentro del recinto sin escapatoria alguna y, por lo tanto, abocados a una muerte segura. Ni los ladridos de desesperación en plena oscuridad, ni las cabezas asomadas pidiendo auxilio, ni los ataques entre ellos por intentar sobrevivir les indujeron a cambiar de opinión. Puertas cerradas y al día siguiente ya se vería si quedaba algún superviviente entre las aguas.
Este fue su plan de emergencia, tras tres días sin parar de llover y alertas por desbordamientos de los ríos, en una perrera situada en una zona calificada por el Gobierno de Navarra como zona inundable con alta probabilidad y que no tiene instaladas válvulas antirretorno que hubieran evitado este desastre.
Podemos afirmar que estas personas no tuvieron participación de ningún tipo en la movilización de voluntarios a través de las redes sociales. La Asociación Txikas de Etxauri hizo el llamamiento a través de dichos medios, al cual nos sumamos distintas asociaciones animalistas y personas anónimas. Y gracias a las incontables llamadas que el 112 recibió alertando de la decisión tomada por el gestor de la perrera de cerrar puertas, se pudo movilizar a bomberos, Guardia Civil, Policía Foral y DYA, que acudieron al lugar para, entre todos los que estábamos allí presentes, comenzar la angustiosa tarea de rescate. Si no hubiese sido por la estupenda labor de todos los ya mencionados, el desastre hubiese sido total y hubiesen muerto, casi con toda seguridad, la gran mayoría de los aproximadamente 140 perros que allí se encontraban.
Quisiéramos terminar esta nota agradeciendo a todos aquellos que se están interesando por lo sucedido y que están ayudando a que estos perros encuentren, por fin, un hogar. Lucharemos sin descanso para que se depuren responsabilidades y para que esto no vuelva a suceder, porque las vidas que se perdieron aquella tarde son imposibles de olvidar.
Oihana Cervantes Martínez
Presidenta de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Navarra