HAY que decirlo alto y claro: ni la mayoría de denuncias por malos tratos son falsas, ni un tercio de las víctimas a manos de sus parejas son hombres, como dice sin reparo Toni Cantó, al contrario, la inmensa mayoría de las muertas son mujeres, muchas de ellas, casi el 80% según las últimas estadísticas, viven el drama del maltrato entre el silencio y la vergüenza y no se atreven a interponer ninguna denuncia contra su agresor por miedo, porque no debe ser nada fácil dar el paso de denunciar a la persona con la que se compartía la vida en una terrible convivencia que acaba en muerte. Por eso, porque esa es la verdad, la que arrojan las negras cifras de la violencia machista, no se entiende sino desde el desvarío las declaraciones del diputado y portavoz de UPyD en la Comisión de Igualdad, Toni Cantó, actor más que político, ya que a la vista de sus intervenciones parece que confunde el hemiciclo con el escenario, en ese mundo donde la ficción, a fuerza de interpretarla, se hace falsa realidad. Es lo suyo, está claro, mentir y lanzar bulos a los cuatro vientos buscando su momento de gloria, como quien espera los aplausos al final de la función. Pero esto es la vida y muchas mujeres la pierden porque son asesinadas por hombres. Eso es lo que le debería preocupar al político porque para acabar con esa lacra es para lo que le han elegido. Pero hay muchos Toni Cantó por la vida, demasiados por desgracia, hombres incapaces de aceptar que las mujeres avanzamos y que tenemos derecho a ser y sentirnos iguales en todos los ámbitos de la vida. Nadie dijo que el camino fuera fácil, pero sería más sencillo si se quitaran del medio personajes como éste.