nada indica que la próxima edición del Diccionario de la Lengua vaya a modificar el significado de la palabra ático. Ni siquiera cuando ático y alcalde van en la misma frase. Ático seguirá significando 'último piso de un edificio, más bajo que los inferiores'. Tal definición es sin duda inadecuada para referirse al polémico ático de lujo del alcalde de Burgos, de actualidad por sus ampliación legalmente dudosa. Tal definición ya fue inapropiada para referirse al polémico ático que la exalcaldesa Barcina enseñó a finales del siglo pasado en las revistas especializada. Ciertamente, si ático y alcaldesa van en la misma frase, son muchas las posibilidades de que el último piso del edifico sea el doble de alto que los de más abajo. Asimismo, son muy elevadas las probabilidades de que el ático se expanda por terrazas, trasteros, tejados y demás espacios no consignados a efectos contributivos en los planos originales. "Todo el mundo lo hace", dijo Barcina en su descargo, tras apropiarse de los trasteros. Si todo el mundo lo hiciera, la RAE definiría ático como 'último piso de un edificio, mucho más alto que los demás'. Pero ni todo el mundo se apropia de lo que no es suyo ni las apropiaciones indebidas están bien. Otra cosa es que luego el actual portavoz del Gobierno y antiguo concejal de Urbanismo considerase prescrita e indigna de investigarse la ampliación del ático de Barcina. Otra cosa es que un juez no viese en aquel mal proceder un actuación legalmente punible. Desde entonces la hoy presidenta exhibe ese tipo de pronunciamientos judiciales como un triunfo inapelable. Pero los malos procederes son inexcusables cuando ático y autoridad van en la misma frase.