Síguenos en redes sociales:

Abarrotada línea 18

en 2008 la línea 18 de Sarriguren pasó a tener una frecuencia de 12 minutos entre semana, 15 el sábado y 20 el domingo. La nocturna, 40 minutos. A día de hoy, seis años después, seguimos teniendo la misma frecuencia. Pero la situación ha cambiado. Ahora somos la cuarta población en habitantes de Navarra con más de 13.000. Ahora lo normal es que, sea la hora que sea, la villavesa se llene con 6 o 7 silletas de bebés, muchas veces una es de gemelos. Ahora se nos unen en el recorrido los nuevos habitantes de Ripagaina, que crecen día a día y en el que también son frecuentes los bebés. También la compartimos con algunos vecinos de Mendillorri.

El resultado es que ahora vamos como sardinas en lata la mayoría de los viajes entre Sarriguren y el centro y viceversa. Las silletas de bebés atascan los pasillos, los conductores no abren las puertas del medio o traseras para facilitar el acceso de silletas y así optimizar el espacio. Recomiendan que se plieguen las silletas. Les invito a hacerlo llevando a un niño que no anda en brazos, en una villavesa llena de gente, cuando solo vas un adulto. Verán que es imposible. Aparte de que la mayoría son capazos y silletas que no se pueden plegar en la villavesa.

La solución a esto ¿cuál ha sido estos días? Pues la más fácil, no caben las silletas de bebés... pues que no suban. Varias silletas se han quedado sin poder subir, algunas las he visto en Merindades y otras ya directamente en la primera parada de Sarriguren. Los más débiles, de nuevo discriminados, los bebés, que no tienen otra forma de volver a su casa o que tienen que ir al centro o a los hospitales, se tienen que quedar a esperar la siguiente villavesa, en la cual pasará lo mismo y se tiene que pelear por subir en primer lugar. Esto es fomentar la desigualdad y el mayor uso de coche, que por supuesto, mucha gente ya lo estaba usando más de lo que quería por los problemas que ya había de masificación. ¿Y si no tenemos coche? Sarriguren está muy apartado, tampoco tenemos la posibilidad de ir andando al centro o a otro barrio. Ya no pueden aducir que cabe más gente y que podemos apretarnos más, porque ahora los conductores no nos dejan subir. Más frecuencia ya, es urgente.