Como bien dice el título, desde hace ya unos años se ha instaurado el mamoneo en la Comparsa de Gigantes de Pamplona, a través de la junta. Para que quede claro a qué me refiero echo mano a su definición: “situación en la que predomina el amiguismo y las prácticas al margen de las normas apropiadas”. Digo esto como buen conocedor de estas prácticas, ya que las he sufrido en primera persona.

En abril de 2013, por motivos de trabajo tuve que mudarme a Barcelona y avisé al responsable que no estaría disponible para bailar esos Sanfermines y que les avisaría cuando volviera, ya que no tenía fecha. En julio de ese mismo año, en mitad de San Fermín, me llamaron diciéndome que tenía que ir a bailar por lo menos un día para evitar una multa de la Seguridad Social. Tuve que venirme de Barcelona para bailar un día y volverme para no recibir la multa.

En mayo de 2014 vuelvo definitivamente a Pamplona al terminar el contrato de Barcelona, con lo cual volví a avisar a la junta para avisar de que ya estaba disponible para acudir a las salidas. A partir de esta fecha no recibí ninguna respuesta ni comunicación para asistir a las salidas de ese año.

Ya en abril de 2015 decidí ir a los ensayos previos a San Fermín para ver si obtenía alguna respuesta. Cuál fue mi sorpresa que no es que no obtuviera ninguna respuesta durante los días que estuve yendo a ensayar, sino que recibí una llamada a las semanas, por parte de un miembro de la junta, diciéndome que no fuera más a ensayar porque no contaban conmigo. Ante esta acción por parte de la junta, decidí solicitarle toda la documentación relativa a mi pertenencia a la Comparsa, la cual se negó a facilitarme.

Mi caso es solo uno más de tantos que hay, como por ejemplo: la junta impuso una cláusula de exclusividad para todos los miembros de la Comparsa, por la cual, si se es miembro de la Comparsa de Pamplona, no se puede bailar en ninguna otra comparsa. No todos los miembros de la Comparsa firmamos esa cláusula y, debido a ello, sufren el acoso de la junta mediante esta cláusula y la manipulación de la información, haciéndoles la vida imposible dentro de la Comparsa.

Otro caso de mamoneo en la Comparsa es el uso que hace la junta con la exclusividad: exige a la gente que quiere entrar en la Comparsa de Pamplona que deje el resto de comparsas de las que forman parte. Dejando éstas, en caso de aceptar, escasas de miembros. Pero a cambio la Comparsa de Pamplona cedería a gente para que bailara en esa comparsa. ¿Dónde queda la exclusividad?

Espero que la actual junta empiece a actuar con la seriedad, respeto e ilusión que la Comparsa de Gigantes y Cabezudos de Pamplona se merece.

El autor es exmiembro forzado de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos de Pamplona