Cada vez se confirma más el cambio en la migración de las palomas torcaces durante su viaje otoñal a invernar en las dehesas de encinas y alcornoques de España y Portugal. Si antaño las palomeras de Navarra eran las más frecuentadas por los bandos viajeros, desde el collado de Larrau y el pico de Orhi, encima del bosque de Irati, hasta Echalar, hoy asistimos a una creciente migración por la línea de costa, enfilando las torcaces por el corredor entre Fuenterrabía y Urrugne.
Es evidente que éste es un comportamiento aprendido por la especie al enfrentarse año tras año a una fuertísima presión cinegética, con collados que llegaban a disparar hasta 10.000 tiros en los grandes días de pasa. Por eso, prefieren desplazarse a buena altura sobre zonas más bajas donde no se las tirotea. Otro hecho que ocurre es que el paso se retrasa y, cada vez más, los días buenos ocurren a final de octubre y en noviembre.
Por cierto, la paloma torcaz es una especie próspera, en auge, tanto en Europa como en España y Portugal. Según los datos de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), entre 1998 y 2012 la población reproductora de torcaces españolas ha aumentado un 101,5%. Por eso, las mayores cazatas se hacen ahora sobre palomas de origen urbano, en la media veda, en rastrojeras, comederos artificiales y campos de girasol.
Veamos lo ocurrido hasta ahora con la pasa entre el 1 de octubre y el 2 de noviembre. En conjunto, han cruzado por los cinco observatorios de censo (Costa, Echalar, Quinto Real, Valcarlos e Irati), nada menos que 1.508.895 torcaces. El que se ha llevado el máximo es el de Urrugne, en la costa, con 1.070.114 palomas, que significan que el corredor costero lo ha cruzado un 70,9% del contingente migrador. A buena distancia le sigue Valcarlos (227.523 palomas), Quinto Real (218.154 palomas), Echalar (148.882 palomas), y cierra la clasificación el collado de Orgambidexca, encima de Irati, con solo 17.331 torcaces. Estas cifras indican que la migración de la paloma torcaz enfila fundamentalmente el corredor costero guipuzcoano para atravesar los Pirineos en detrimento de las palomeras navarras.
En esta temporada, el mejor día de pasa fue el 30 de octubre, cuando 675.847 torcaces atravesaron la frontera entre Francia y España, de ellas casi todas (669.800) por la costa. Le sigue el día de Todos Los Santos, con 246.847 torcaces en paso, de ellas 83.224 por Quinto Real. La tercera jornada en importancia ocurrió el 20 de noviembre, con 185.543 palomas viajeras, de ellas 149.584 por el puerto de Ibañeta (Valcarlos). Y el 2 de noviembre la pasa fue de 176.527 palomas, ganando el censo Quinto Real con 59.220 ejemplares.
Así que señores, amigos de la caza o de la observación de las palomas migradoras, las torcaces siguen siendo muy abundantes, pero prefieren esquivar los puertos y puestos de tiro del Pirineo navarro por la cuenta que les trae. La persecución les hace cada vez más listas y han aprendido que, por la costa, sufren pocas bajas.
El autor es catedrático de Zoología de la Universidad de León