Fiare Banca Ética es una realidad de 500 socios y un volumen de ahorro de 5,75 millones y prestamos a proyectos sostenibles por valor de 2,24 millones. Le ha costado casi 10 años llegar a operar, a efectos prácticos del cliente y el consumidor potencial, como una cooperativa de crédito más en el mercado bancario pero con una idiosincrasia especial, ya que tiene detrás una base social canalizada por la Red de Economía Alternativa, la Coordinadora de ONGD y la Red de Lucha contra la Pobreza. Posiblemente le quede aún mucho camino para competir con otras entidades en el mero terreno economicista y en parámetros estándar (tarjetas, cajeros...) pero lo más difícil ya esta hecho. Existe. Va a más. Y, sobre todo, cualitativamente su trabajo de años ha logrado en parte cambiar parte de la agenda. Demostrar que otra banca es posible. Porque tras aquel tramposo juego de palabras del marketing de la “banca cívica”, que acabó como acabó, lo cierto es que otras entidades bancarias, sobre todo cooperativas de crédito, han empezado a pensarse dos veces lo que hacen. Los Estados les han perdonado, pero la sociedad no. Entre todos y todas, algo de la ética también ha entrado en la banca. A ver cuánto dura.