Otro paso de gigante
Los diez Goyas obtenidos por ‘Handia’, una película netamente vasca y rodada en euskera, representan una oportunidad para mostrar al mundo la indudable calidad de nuestro cine
El cine vasco consiguió en la noche del pasado sábado el que probablemente sea el mayor reconocimiento jamás obtenido hasta el momento, con el añadido -más que importante, clave- de que se produjo gracias a una película íntegramente rodada en euskera, con dirección, producción, ejecución e interpretación vascas. Handia, la emotiva película que narra la azarosa vida del gigante de Altzo y que ha cautivado ya a decenas de miles de espectadores, consiguió nada menos que diez premios Goya, convirtiéndose, así, en el tercer filme más laureado en la historia de estos galardones cinematográficos. Se trata, sin duda, de un gran éxito colectivo. En primer lugar, de los directores, Jon Garaño y Aitor Arregi -el primero ya despuntó de manera sublime en su anterior trabajo, Loreak, del mismo grupo de producción y que también conmovió a miles de personas y fue elegida por la Academia del Cine para competir en los Oscar de Hollywood en 2016-, del guion original y la magnífica interpretación de Eneko Sagardoy, pasando por el montaje, la fotografía, la música de Pascal Gaigne, la dirección artística del pamplonés Mikel Serrano, la producción, vestuario, maquillaje y peluquería, efectos especiales..., en definitiva, un triunfo coral de un producto genuinamente nuestro. De ello pueden dar fe quienes asistieron a la gala de entrega de los premios, ya que los Goya hablaron, sin ninguna duda, en euskera, merced a los emotivos agradecimientos en la lengua vasca que, uno tras otro, fueron trasladando los galardonados. Con todo, este indudable éxito, así como otros anteriores -Handia ya se llevó el Premio especial del Jurado en el pasado Zinemaldia donostiarra- y los que están por venir, supone otro gran paso -de gigante, como el protagonista de la película- para dar a conocer al mundo la gran calidad del cine hecho aquí, sea en euskera o en castellano. No se trata de caer en la autocomplacencia, porque las dificultades para hacer cine de calidad siguen siendo indudables, sino de constatar que con talento, ideas, empuje y, también, un poco de ayuda -o, incluso, eliminando dificultades, como el importe del IVA- pueden superarse los problemas y llegar al triunfo. De ahí que, a buen seguro, la producción cinematográfica vasca, en sus numerosas vertientes, seguirá cautivando al público y cosechando éxitos. Zorionak a todos los premiados, nominados y quienes han hecho posible Handia.