He de reconocer que nunca, en años anteriores, me había suscitado mayor interés la identidad de la persona u organización encargada del lanzamiento del Chupinazo del 6 de julio. Sin embargo, este año, al figurar entre los candidatos Yala Nafarroa, mi actitud ha sido completamente diferente. En cuanto se abrió el plazo de las votaciones, me acerqué al Palacio del Condestable a depositar mi voto.

Para alegría de muchos, el martes pasado se ha dado a conocer que va a ser precisamente Yala Nafarroa la encargada de lanzar el Chupinazo este año.

Siempre está bien que la ciudadanía dé su opinión sobre aquello que se le consulta pero todavía es mucho mejor cuando dicha opinión transmite humanidad, empatía y solidaridad, como ha ocurrido en este caso, en el que la población pamplonesa, mayoritariamente, ha decidido mostrar su apoyo al pueblo palestino.

Es de destacar, además, que el nivel de participación, este año, ha sido mucho mayor que en años anteriores.

Queda claro que la capital navarra es una ciudad solidaria, al igual que lo son el resto de poblaciones de nuestro entorno. Así el pasado sábado una nutrida representación de pamploneses acudía a la capital donostiarra para denunciar, junto con otros muchos ciudadanos de otros lugares, la complicidad de la empresa CAF en el genocidio del pueblo palestino.

Pamploneses, que, semana tras semana, y desde hace más de año y medio, se dan cita, incansablemente, en la plaza del ayuntamiento, todos los martes a las seis y media para denunciar el genocidio al que está siendo sometido el pueblo palestino. Ciertamente a partir de ahora esos ciudadanos incombustibles, entre los que se encuentran algunas personas de edad muy avanzada, se van a sentir más motivados todavía, si cabe, para seguir saliendo a la calle, al ser conscientes de que su esfuerzo no resulta baldío y de que, con su labor continuada, han podido contribuir a que la solidaridad del pueblo pamplonés se conozca en medio mundo gracias a la repercusión mediática de los Sanfermines.