Seguro que ustedes conocen la leyenda de Eco y Narciso, en la que por mucho que la ninfa le repetía buenas intenciones al hijo del dios Cefiso, éste terminó condenado por su engreimiento al sufrimiento de no amar otra cosa que no fuera su propia imagen hasta arrojarse a las aguas. Bueno, pues en Navarra con Laura Pérez y el laurismo andamos en ésas; viendo el zambullido lento de la otrora líder política en la nada. Eso sí, con la intención de pegar fuego al bosque de Podemos Navarra, porque mi frase preferida para describir lo que está ocurriendo en la formación morada de Nafarroa tiene más que ver con Atila que con la mitología griega: “Por donde pasa Laura Pérez no crece la hierba”.
No deja de sorprender, a lo largo del tiempo, la habilidad de la parlamentaria sin partido (no la voy a llamar trásfuga porque me confesé con un cura que se extravió en la Feria del Libro tras la manifestación-chistorra) para tener siempre escuderas en su quehacer político. A ella, trabajar, trabajar, lo que se dice trabajar: poco. Tal es el caso de Irene Otal o Silvia Jáuregui, que siempre han parecido estar dispuestas a rendir pleitesía a la gestante de Ahora Sí-Orain bai con tal de llegar a fin de mes con una nómina de Podemos Navarra.
En realidad, con respecto a esa mal llamada corriente que forman los adeptos al laurismo, a mí me pasa como a los personajes de Esperando a Godot, que me muevo entre la desesperanza y la chanza. Desesperanza porque los antecedentes nos muestran que el grado de iniquidad que pueden llegar a desplegar de aquí a las elecciones va a causar un regocijo en la derecha increíble. Se aferran como gato panza arriba a la cantinela de “nosotros aseguramos el cambio”, pero quienes más aplauden en estos momentos las salidas del tono de Couso y los suyos es UPN. ¿Por qué se dice “nosotros con el Acuerdo Programático” cuando en realidad es “nosotros en la poltrona”? ¿Es que acaso al actual portavoz de Orain Bai se le olvidan los ataques al Acuerdo Programático protagonizados por la ínclita de Laura Pérez? ¿Le pedimos a Fátima Andreo que nos los enumere? Tengo la ligera impresión de que los cuatro de Orain Bai, alias Esquerra Republicana de Nafarroa, nos toman el pelo.
La hoja de ruta del laurismo funciona hace tiempo. Pero como les digo, a todo esto hay que ponerle gracejo si no nos queremos tirar por un puente viendo cómo se están cargando la alternativa a UPPSN. Y sí, hay que tomarse con humor el hecho de que Irene Otal, fiel escribiente de la señora Pérez, acuse al actual líder de Podemos Navarra de “hiperliderazgo machista” (como si no hubiese otras cosas más jugosas que achacarle) cuando su heroína, mientras fue secretaria general, echó a compañeras con despidos improcedentes, machacó literalmente a mujeres del Consejo Ciudadano como Marga Agudo, finiquitó por hartazgo la carrera profesional de asesoras parlamentarias, y así podríamos seguir en un largo etcétera. Y es que la misoginia no es patrimonio exclusivo de varones. De las seis personas recientemente dimitidas en el Consejo Ciudadano de Navarra, yo sólo he podido hablar con una. Y lo que me expresa es que pensaba dimitir hace tiempo, que no se siente identificado con un laurismo que ya demostró ser un desastre de gestión, y que le pasaron la carta de dimisión las recaderas de Orain Bai como quien pasa el recibo de la comunidad de vecinos. Esto no es serio. Pretender seguir con la confrontación, cuando es completamente imposible que Laura Pérez sea readmitida en Podemos Navarra, y su plan para seguir en la política dentro de unas siglas que suscitan confusión con la de Geroa está llamado al fracaso, resulta una burla al electorado que la votó a ella y a sus acólitos.
Sobrevivir políticamente a cualquier precio por un orgullo herido debido a su expulsión no es de recibo en el caso de Laura Pérez. Primero porque a la política hay que entrar llorada y meada de casa, y segundo porque por encima de los intereses personales está Navarra. La credibilidad de la lideresa de Orain bai está lo suficientemente en entredicho como para tener la certeza de que van a fragmentar el voto de la izquierda progresista, aunque ahora digan lo contrario. En Bildu e I-E deberían tomar nota de las intenciones de esta rapera parlamentaria y su troupe.
La autora es militante del cambio