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UGT o la vascofobia del 0%

En el mes de mayo de 2015 se celebraron elecciones sindicales entre los trabajadores y trabajadoras de la Administración de la Comunidad Foral de Navarra. En el sector de Educación 4.126 personas ejercieron su derecho a voto. 117 votaron a UGT. En porcentaje, el 2,8% del personal docente depositó su confianza en la Unión General de Trabajadores. Teniendo en cuenta que para obtener representantes es necesario obtener al menos el 5% de los votos válidos, el resultado es que UGT obtuvo cero delegados de un total de 51.

No olvidemos pues que UGT es un sindicato que no ha merecido la confianza de la plantilla, que premió su trabajo con cero delegados/as. ¿Cómo se explica, pues, que participe de la Mesa Sectorial, que tenga capacidad de negociación y que firme acuerdos que afectan a la misma plantilla que le dio la espalda? La explicación está en la Ley Orgánica de Libertad Sindical, que es la que permite este 155 sindical.

Pues bien, el pasado miércoles 3 la Comisión de Educación del Parlamento de Navarra se engalanó para recibir a quien no representa a nadie. Y eso después de haber vetado la víspera la comparecencia de los sindicatos ELA, CSIF y APS, que sí tienen delegados/as entre los y las docentes de la red pública.

UGT exprimió el nulo apoyo cosechado entre la plantilla para hacer un estremecedor relato de la discriminación que, a su juicio, sufren los profesores y profesoras que no hablan euskara. Podemos resumir su intervención así: de más de 8.500 docentes hay 60 euskaldunes que imparten docencia en euskara y castellano.

Olvida UGT que no se deja de hablar castellano por hablar euskara. Y suponemos que la receta para combatir esta supuesta discriminación, que tanto indigna a los representantes de nadie, es que esas plazas se troceen de modo que las horas de euskara las imparta una persona bilingüe y las de castellano una persona monolingüe. Curiosa fórmula para el reparto del empleo la que sugiere la compañera María José Anaut. Minijornadas semanales para todos y todas.

Se rasga ahora las vestiduras la UGT con motivo del euskara. Animo desde esta tribuna a UGT a interesarse por el número de horas de castellano que imparte el profesorado de PAI y proponga idéntico disparate al que el 0% propone para los euskaldunes (trocear esas jornadas con estrictos criterios lingüísticos).

No albergo esperanza ninguna en que la UGT haga nada por los centenares de profesores y profesoras, maestros y maestras que han perdido sus oportunidades de trabajo por no poder acreditar el C1 de inglés. Tampoco espero que levante la voz por los centenares de personas que aún no tienen destino por el mismo motivo. Menos aún una muestra de empatía con todos aquellos y aquellas que, tras largas jornadas de trabajo se han pagado de su bolsillo las clases de inglés para no perder su puesto. Y en absoluto espero de la UGT que pida disculpas a los miles de familias y niños y niñas de esa estafa pedagógica que es el PAI.

Hace años que UGT decidió entregarse al colonialismo lingüístico y al españolismo más rancio y acomplejado, donde se denosta la lengua vernácula en favor del inglés.

Los felicito, eso sí, por haber sabido exprimir al máximo sus cero delegados pues casi han conseguido un lleno total en la Comisión de Educación del Parlamento, que no dudó en vetar la presencia de los sindicatos críticos con el gobierno.

Departamento de Ciencias Humanas y de la Educación UPNA