Los/as aficionados/as a la pesca, así como quienes practican la navegación en los embalses de la Confederación Hidrográfica del Ebro, asistimos con estupefacción e indignación a las últimas ocurrencias y contradicciones de este organismo en materia de navegación para el disfrute de un recurso, el agua, que es de uso común por más que sea la CHE quien lo gestione.
El pasado mes de julio se publicaron los requisitos necesarios para poder navegar, entre otros escenarios, en el embalse de Yesa, tras haber sido cerrado a la navegación en el mes de febrero sin previo aviso (podían haber tenido la consideración de haber avisado con tiempo y nos hubiésemos ahorrado el gasto de los seguros de las embarcaciones, etc. durante los casi 6 meses que nos prohibieron navegar en el embalse). Pues bien, este embalse ha sido calificado o catalogado por la CHE como de navegación exclusiva debido a la supuesta presencia de mejillón cebra en sus aguas. Esto implica que quienes quieran navegar en sus aguas deben disponer de una embarcación en exclusiva para el mencionado embalse, así como la obligación de desinfectar las embarcaciones tanto al entrar como al salir del embalse, algo que no estaría mal si no supusiese un contratiempo, a la vez que una contradicción, me explico:
Para cumplir con el requisito exigido, bajo multa si se incumple el mismo, de desinfectar las embarcaciones para hacer uso de los embalses, no se han puesto por parte de la CHE los medios necesarios para llevar a cabo tal requisito, no al menos de forma ágil y diligente. En el embalse de Yesa es necesario concertar una cita con el Ayuntamiento de Yesa para que desplace a un/a operario/a del propio Ayuntamiento al lugar destinado a realizar la desinfección de las embarcaciones, lo cual ya suele suponer un retraso y contratiempo. Una vez concertada la cita nos encontramos con que no podemos acceder al embalse cuando nos apetezca ya que el Ayuntamiento ha marcado unos horarios acorde con los de los/as empleados/as que prestan sus servicios en dicho Ayuntamiento. Estos horarios son de 8 a 14 horas y de lunes a viernes, por lo que resulta que nuestras posibilidades se ven restringidas hasta el punto de que si queremos salir del embalse después de la hora estipulada o hacerlo en fin de semana no podemos desinfectar la embarcación y nos exponemos a ser sancionados/as por ello. Salvo que nos quedemos allí ¡¡acampados!! hasta el día siguiente a las 8 de la mañana, o desde el viernes a partir de las 14 h hasta el lunes y así poder cumplir con el requisito exigido por la CHE.
Entiendo que la normativa impuesta por la CHE entra en contradicciones ya que si tenemos la obligación de desinfectar la embarcación tanto al entrar como al salir del embalse, y ésta está limpia de cualquier agente contaminante, larva o cualquier cuerpo extraño susceptible de propagarse por otras masas de agua, deberíamos poder navegar con esa embarcación en cualquier otro escenario donde esté permitida la navegación (para patos y otros artefactos flotantes usados para pesca, o simplemente diversión, no son necesarios estos requisitos pese a estar fabricados de los mismos materiales y por tanto ser susceptibles de contaminar igualmente). Si esto no es así, como es el caso de los embalses de Yesa, Alloz, Mequinenza y otros, o la navegación en los ríos, para los cuales debemos tener una embarcación en exclusiva para cada uno de ellos, porqué la obligación de desinfectar las embarcaciones al entrar y salir de los mismos.
La CHE, con esta normativa, parece que lo único que pretende es poner trabas e impedimentos para que desistamos de disfrutar tanto de nuestros deportes favoritos como del uso de un recurso que, como decía al principio, es de titularidad común por más que sea la CHE quien lo gestione. ¿De verdad creen quienes gestionan la CHE que podemos tener una embarcación y un motor, con su remolque donde desplazarlos, con sus respectivos seguros, etcétera, para cada embalse o río de la cuenca, así como un espacio (necesitaríamos una nave industrial) donde guardar todo ello?
Gestores/as de la CHE, quienes salimos a disfrutar de nuestros ríos y embalses practicando la navegación y/o la pesca, en la inmensa mayoría de los casos no somos gente adinerada ni millonaria como para disponer de varias embarcaciones, remolques y espacios donde almacenarlos, ni hacer frente al pago de los seguros de todo ello, que no son precisamente baratos.
Por ello, me dirijo a ustedes con el animo de que le den una vuelta a todo esto, recapaciten y sean capaces de desarrollar una nueva normativa de navegación que, al contrario de la actual que lo único que contiene son restricciones, nos permita disfrutar de nuestros acuíferos y masas de agua en condiciones óptimas y normales. Siempre, por supuesto, con el mayor respeto y cuidado del Medio Ambiente.