Siempre podemos hacer algo para cambiar las cosas, rebelarnos de alguna manera contra aquello que no aceptamos, ser consecuentes y coherentes entre lo que pensamos, decimos y hacemos. Actuar, en definitiva, en función de lo que realmente sentimos. Podemos hacer algo y está en nuestra mano. Eso es lo mejor de todo. A veces es tan sencillo como no dar un clic. Y cualquier momento es bueno para empezar a hacerlo. Me refiero a reaccionar de manera activa ante hechos tan lamentables como el que se ha vivido en uno de los vuelos de la compañía de bajo coste Ryanair, un episodio de racismo protagonizado por un impresentable pasajero en un vuelo entre Barcelona y Londres. El hombre en cuestión insultó a gritos a una mujer negra de 77 años con problemas de movilidad que debía sentarse a su lado. Por suerte esta vez los móviles estaban allí para dejar constancia no solo de la actitud xenófoba del pasajero sino de la reacción de la compañía, que en lugar de increpar al racista y cambiarle a él o incluso sacarlo del avión, optó por desplazar a la víctima a otro asiento. Ante la oleada de críticas contra Ryanair esta lanzó ayer una oferta masiva de 24 horas con un millón de asientos disponibles por 9,99 €. No comprar esas plazas y volar con principios, aunque cueste un poco más, está en nuestras manos. El low cost no va solo en el precio.