Este país parece sacado de Las Mil y una noches por la forma tan especial de abordar unas cuestiones tan de Estado y de otras más sencillas o de poca enjundia a las cuales los españoles ni sienten ni padecen porque tienen otros problemas domésticos y del día a día que no les permiten distraerse en esas otras cuestiones. Aunque el tema de Cataluña sí que es seguido por los medios de comunicación, la población percibe que las cosas no se están haciendo correctamente en tanto en cuanto los presidentes Sánchez y Torra, a pesar de las llamadas telefónicas, no han hablado por razones de condena absoluta de la violencia por el señor Torra. No me parece una postura coherente por parte de ambos cuando se trata de asuntos de Estado que deben ser resueltos con el diálogo y el acuerdo, a pesar de que entre ellos no haya ni voluntad ni ganas, pero se trata de parar todos los actos de violencia callejera y de permitir al pueblo el derecho a la convivencia, al trabajo y a la tranquilidad. Creo que a estas alturas, y en 2019, no se debe actuar como si estuviésemos en plena dictadura de los años 1965/1970. Los presidentes, tanto de las comunidades como del Gobierno central, tienen la obligación de gobernar para toda la ciudadanía, deben preservar la seguridad y el control de los centros estratégicos (aeropuertos y estaciones), y también tienen la obligación de hablar, entenderse, acordar, pactar y negociar lo mejor para la población en todos los casos.

Y al hilo de las próximas elecciones hay que señalar que, a día de hoy, ningún partido político nos dice nada de sus propuestas o programas, nadie habla del cambio climático, de las pensiones, de los desahucios y de las ocupaciones de viviendas ilegalmente, de la brecha salarial, de rebajar el paro, de derogar la ley mordaza y de los grandes problemas en la educación y en la sanidad. Eso sí, todos los medios y todas las televisiones nos están sobreinformando de la exhumación, de las manifestaciones en Cataluña y de los mítines de Vox. Como digo, las cosas que pasan en este país parecen sacadas del cuento de Las Mil y una noches, mucha ilusión, todo colorido, mucha música, pero muy poco contenido.