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A la contra

Contactos estrechos

omo ya sabrán bien todos ustedes puesto que nos hemos convertido en especialistas en todo lo concerniente a la legislación y nomenclatura que surge de la pandemia de los huevos se considera contacto estrecho de un positivo a toda aquella persona que haya estado durante más de 15 minutos y sin mascarilla a menos de dos metros de distancia de una persona en las 48 horas anteriores a que esta última diese positivo o de que tuviese síntomas. Bien. Antes de Navidad, el equipo de rastreadores y rastreadoras de Salud localizaba una media de 4 contactos estrechos por positivo. Ahora, son 12. De media. Esto es, parece claro que podemos culpar al gobierno, a la OMS, a la hostelería, al transporte público, al comercio, al bebercio y a los cuatro apóstoles, pero el asunto es obvio: nos hemos pasado las recomendaciones por el forro. Fruto de ese forrismo, la incidencia del asunto sigue creciendo y lejos estoy de creer que el 100% de la responsabilidad de cada cifra es solo nuestra, puesto que he insistido 1.000 veces en que todos nos lo podemos coger y mucho más quienes tienen trabajos precarios, viviendas precarias, situaciones que no pueden evitar. Pero lo de los contactos estrechos es muy evidente, al punto de que ahí sí que no entra más responsabilidad que la personal. Leo que hay casi 30.000 personas confinadas y que nada menos que 24.000 son por ser contacto estrecho, cuando con la media de contactos estrechos por positivo antes de Navidad esas 24.000 serían 8.000. ¿Algo de culpa se podrá decir que tenemos, no? Pienso sinceramente que no es de recibo esto, que como sociedad dejamos mucho que desear si contribuimos de una manera tan gratuita a que esta mierda crezca aún más y que el sistema sanitario, económico y general sufra como está sufriendo. Una cosa es contagiarte y otra ir cogiendo boletos y repartiéndolos con semejante alegría. No aprendemos más que ataos.