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Inmatriculaciones

Quiero poner mi granito de arena en este tema, candente hoy, de las inmatriculaciones de bienes inmuebles realizado por los funcionarios de la Iglesia católica en España.

Se han tocado -y se van a tocar- más aspectos que la inutilidad de la sola publicación de los bienes usurpados. Seguramente, quizá, se van a tener en cuenta más que lo que yo quiero exponer. Y es lo siguiente.

El único que puede devolver todos estos bienes inmatriculados por los funcionarios de la Iglesia católica española bajo el reinado de Aznar es el Papa Francisco. Una orden canónica suya y sus subordinados tendrán que acatarla y obedecerla.

Y los únicos que pueden conseguir que se haga bien, completamente, de raíz, es el conjunto de los fieles católicos. Excluyo a los jerifaltes de las diócesis, a ese coro de cardenales, arzobispos, obispos, canónigos, curas, arciprestes, ecónomos... de sentimientos hipócritas y farisaicos a los que les atenaza el miedo a que los antiguos templos, hoy cayéndose a pedazos, se conviertan en mezquitas, sinagogas... Y, sobre todo, que se les corten los ingresos que obtienen de su explotación como edificios y lugares turísticamente visitables pagando la correspondiente entrada. Lo repito: los únicos que pueden sanar este latrocinio legalizado en España son los cristianos de base y el Papa Francisco. El pueblo de Dios y su pastor único en la Tierra, a los que, desde mi conciencia católica pido ayuda.

Eso es lo que pienso, además de estar de acuerdo con todos los demás argumentos que se están exponiendo.