stamos sufriendo desahucios desde la anterior crisis económica del 2008. Se han enlazado aquellas situaciones a éstas que sufrimos hoy en plena pandemia del covid-19. Entonces se optó por salvar a los bancos y no a las personas, inyectándoles más de 64.000 millones de euros, de los que, según cálculos de 2020, 43.225 millones se dan por perdidos. Bancos que contaban con un enorme parque inmobiliario que el Gobierno no les exigió a cambio, cuando se daba la situación de que a miles de familias nos arrancaban las viviendas por haber perdido el empleo y no poder hacer frente a las cuotas hipotecarias. Gran parte de ese parque inmobiliario lo han transferido a fondos buitre.

Aquellos desahucios estaban relacionados con la aplicación de una injusta ley hipotecaria, entonces nacimos las PAH. Hoy muchas de aquellas familias que suscribimos una dación en pago con entrega de la vivienda al Banco o su gestora y firmamos un alquiler para seguir en la misma, vemos cómo nos van llegando cartas instándonos a dejar la vivienda libre, y sólo en un último párrafo se abre una posibilidad de demostrar vulnerabilidad para ver "si nos la vuelven a alquilar"€ Todas las familias otra vez sumidas en la intranquilidad y en manos de los bancos y fondos buitre. Pero seguimos organizadas. No vamos a abandonar ninguna vivienda. Hoy la Plataforma del Casco Viejo reunimos a trece familias que necesitan renovar sus contratos de alquiler con gestora de Banco o directamente con fondo buitre porque esa vivienda ha sido vendida por el Banco en un paquete global, con inquilinos dentro€ Parece que solo se trata ahora de echarnos para poder seguir jugando al monopoli con esas viviendas, seguir buscando rentabilidad económica a costa de la sangría de las familias afectadas.

Nunca ha sido más caro ni más difícil alquilar un piso. Nunca hemos vivido semejante provisionalidad e inseguridad en las viviendas. Nunca tanto racismo, aporofobia o discriminación por género al no querer a mamás con niñas y niños en los pisos. Los contratos que terminan pretenden no renovarlos o sufren denuncias o pretensión de duplicar el precio de alquiler. Hasta las habitaciones están sufriendo subidas en torno al 40%, situándose en 400€. No hay vivienda social de alquiler, los precios están disparados y las Socimis se hacen dueñas de miles de inmuebles para especular. Este año han perdido la calificación de VPO y se convierten en libres más de 900 viviendas de alquiler en Navarra, que tuvieron una importante inversión de dinero público.

Nos preocupa que el escudo social de medidas del Gobierno no resulte suficiente para evitar que nos echen de casa, nos preocupa que el PSOE no limite los alquileres e impida los desahucios de forma contundente. Nos preocupa que la institución pública no avale a las personas para poder acceder a una vivienda. Si a ello sumamos que la capacidad para promover vivienda social de alquiler es muy deficiente y está muy lejos de cubrir la demanda existente, que lo de Pamplona es un pecao por mantener viviendas municipales cerradas y vacías en plena pandemia del covid-19 y en edificios donde tranquilamente viven otros vecinos ya que reúnen condiciones con un mínimo arreglo, la situación es extremadamente grave, con cientos de familias intentando renovar contratos de alquiler con gestoras, malviviendo con menores en infravivienda, pensiones o en una habitación realquilada.

La Plataforma de Personas Afectadas por Hipoteca, Desahucios de Alquiler e Infravivienda del Casco Viejo consideramos imprescindible ir dando solución a las situaciones de falta de vivienda, renovación de contratos y hacinamiento, pero, sobre todo, a complementar y contrarrestar con políticas e inversión pública un panorama desolador donde la vivienda ha perdido su valor de uso para formar parte de nuevas burbujas especulativas.

Por ello también solicitamos al Gobierno que aumente el parque público de vivienda de alquiler. Comprar vivienda usada, que actualmente está vacía y en manos de grandes tenedores, sería una inversión social y pública y una oportunidad histórica de convertir la vivienda vacía ya construida en vivienda de alquiler social, aumentando sustancialmente el parque público de vivienda de alquiler. A la par que exigimos a los bancos, a sus inmobiliarias y fondos buitre, que se han quedado con los que fueron nuestros pisos, que nos renueven los alquileres a los precios que venimos pagando, y que cedan vivienda para su gestión al Gobierno de Navarra.

Ha llegado la hora de intervenir en el mercado inmobiliario y de interpelar a los que se han demostrado grandes propietarios de vivienda como son los Bancos y la propia Iglesia católica, para favorecer los derechos de la ciudadanía, el derecho a la vivienda y para apostar decididamente por salvar a las personas. La vivienda nos es imprescindible para vivir.

Por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca del Casco Viejo