Algo que me horroriza en algunas de las aptitudes adoptadas por los últimos presidentes "socialistas de España" es la alusión continuada a nuestra Guerra Civil, adoptando una postura expeditiva y forzando respuestas conflictivas entre personas y familias -hoy pacificas- que sufrieron el azote de aquella sanguinaria guerra (tanto de forzados protagonistas, como de víctimas).Y es que este tipo de político, al uso, siempre trata de explotar en beneficio propio, aquellas desgracias, ujiéndose, de la manera más gratuita y descarada posible, como "un nuevo salvador de la patria" y de sus oprimidas víctimas. Todo ello tras unas populacheras y muy burdas conclusiones que solo causan hilaridad y un ridículo bochornoso entre nuestras actuales autoridades en "historia de España".Son estas rancias posturas muy propias de políticos aprovechados que solo tratan de tapar su gran inoperancia y, que ponen de relieve, en muchos casos, una gran falta de conciencia social y de responsabilidad cívica.

El tratar de revivir la violencia del pasado, interpretando el maremágnum asesino y de supervivencia a favor de un solo sector de población en la "guerra civil", es siempre muy malintencionado y solo obedece a una aptitud vengativa y dirigida en un sentido absolutamente contrario a aquel espíritu de nuestra "Transición democrática", que fue la envidia en Europa y en el mundo.

La categoría moral de estos tipejos todos sabemos dónde situarla y no responde, para nada, a la de aquellos que construyeron nuestra convivencia y Carta Magna que nos ha habilitado, a todos, un nuevo país donde poder convivir. En mi opinión son solo unos peleles con algo de suerte y consentidos por su propio partido e, inexplicablemente, por su país.Sería muy de agradecer y como síntoma de buena voluntad a este respecto, el erradicar de nuestro parlamento ese lenguaje de nuestros políticos, con ciertos adjetivos -usados como insultos- muy retrógrados y que todos sabemos que no obedecen, en absoluto, a ninguna realidad actual, ni española ni europea, como son "rojo" o "fascista", pero que contaminan, en alguna medida, nuestra convivencia.Tal vez sería una manera de introducir en las lides políticas, dentro y fuera del Parlamento, más respeto y buena voluntad.