Las personas que viven o prestamos nuestros servicios laborales en el entorno de la calle San Gregorio de nuestra Pamplona tenemos pánico a la llegada del jueves y el fin de semana porque sabemos que, desgraciadamente, la noche va a ser un calvario y las consecuencias de la juerga burda, chabacana y desaforada aún peores. Amanecemos con todo hecho una asco, un verdadero vertedero de inmundicia y cristales con el consiguiente peligro para la vecindad; además de las bochornosas y descorazonadoras imágenes que se ven de los y las niñatas que terminan la noche dando muchísima pena y vergüenza ajena. Es intolerable y un escándalo con mayúsculas. No es de recibo que en una calle tan estrecha haya tantos bares con licencia especial que son el reclamo para estos vándalos sin respeto ni educación.

Urge un plan serio que implique a todas las instancias sociales para la recuperación mental de la sociedad y, especialmente, de las personas más vulnerables. Estos lamentables hechos de borracheras desaforadas con resultados violentos no dejan de ser, en mi humilde opinión, más que una consecuencia del deterioro en la salud mental y la falta de referencias paterno maternas y educacionales. Es imperioso que la Administración pública tome cartas en el asunto y dote de recursos a la Salud Mental y a sus preparadas personas profesionales (médicos psiquiatras, psicólogas, pedagogas...).Vamos a empezar por la base social comunitaria y su recuperación mental porque si no esto va ser exasperante y no se va a poder vivir en nuestro casco histórico ni en ningún sitio, porque también en mi querido barrio de la Txantrea hay zonas que son lugares de botellón. Insufrible.

Hay que establecer un plan serio para enmendar esta situación que tanto sufrimiento está generando. Ahora que parece que vienen tantos dineros de Europa, vamos a discernir seriamente, con todos los agentes sociales y comunitarios, sobre cuáles son las verdaderas necesidades públicas. Creo que lo primero es la recuperación social y mental de la ciudadanía. Hay que empezar a recuperar la casa de la convivencia desde la base y los cimientos de la estabilidad mental, psicológica y educacional de la ciudadanía y lo demás vendrá por añadidura. Toda la ciudadanía a una por la recuperación humana de nuestra Navarra, tierra noble que tiene un ideal.