ikipedia y otras herramientas de dicho tenor, además de hacernos más cultos, evitan discusiones familiares respecto a multitud de problemas, por eso tiro frecuentemente de ella. Hoy en el tercer y último artículo en memoria del centenario de la CAN no va a ser menos.

"Un oligopolio es una forma de mercado en la que un mercado o industria está dominado por un pequeño número de grandes vendedores. Los oligopolios (pocos vendedores) pueden resultar de diversas formas de colusión (convenios, acuerdos) que reducen la competencia y conducen a precios más altos para los consumidores".

Entre pocos es más fácil llegar a acuerdos que entre muchos. Las grandes cadenas de supermercados se ponen más fácilmente de acuerdo para comprar barato a la infinitud de pequeños productores de alimentos, pero si éstos últimos estuvieran agrupados en grandes cooperativas agrarias o ganaderas quizás también llegarían a acuerdos de producción y venta, y así las fuerzas estarían más equilibradas y los supermercados no tendrían tanto margen. Entre un tomate y otro puede haber grandes diferencias de calidad que influyen en el precio, pero entre un kilovatio y otro no hay diferencia que no se refiera a la producción sostenible o no. De ahí que los estados deben procurar que los alimentos sean sanos y las producciones energéticas o de transporte no contaminen ni disparen sus precios pues, en las sociedades avanzadas, dichos "bienes" son esenciales al igual que lo son el dinero y el crédito, la sanidad y la educación.

El sector bancario trabaja con un producto muy homogéneo llamado "dinero" que lo gestiona alquilándolo en forma de préstamos o avales y las mayores diferencias de calidad en el servicio se refieren más a la atención personalizada que a los tipos de interés o las comisiones. Como vimos en el artículo anterior, los cinco mayores bancos del país: CaixaBank, Santander, BBVA, Sabadell y Bankinter copan el 71% del mercado bancario.

Entre pocos alquiladores de dinero es fácil llegar a acuerdos y aunque el Estado intente mantener un mercado competitivo la realidad puede ser distinta. Las medidas para paliar los efectos económicos del covid-19 pasaron por que el ICO (Instituto de Crédito Oficial) facilitara unos avales ICO especiales destinados a aquellos sectores más afectados por los efectos de la pandemia. La CNMC (Comisión Nacional de Mercados y Competencia) abrió el pasado junio expediente a CaixaBank, Bankia, Santander y Sabadell por supuestas prácticas indebidas (cancelación de deudas anteriores u obligación de contratar otros productos del banco como seguros, etcétera). Prácticas que están expresamente prohibidas en la normativa de dichos avales ICO.

Si el ciego, al que acompañaba el Lazarillo de Tormes, empezó a coger las uvas del racimo de dos en dos y el Lazarillo naturalmente le imitó ¿por qué no habrán de imitar a los grandes bancos los pequeños? Máxime si como viene ocurriendo, esos expedientes acaban sustanciándose en multas ridículas comparadas con los beneficios obtenidos. Si Bankia (cuyo capital era mayoritariamente público) se hubiera unido al ICO para formar una Banca Comercial Pública que hubiera comercializado directamente estos avales, no estaríamos hablando de dicho expediente ni los damnificados por el covid se habrían visto compelidos a tragar lo intragable contratando productos que no necesitaban.

Si extrapolamos esa posible actuación bancaria a la concesión de becas para estudios o a la financiación de partidos políticos, nos podremos encontrar con que también se trastoquen esas líneas de financiación subvencionada para favorecer a los fuertes en vez de a los débiles o se financie con fondos públicos a partidos, instituciones o medios de comunicación xenófobos o fascistas.

La banca privada, como empresa paradigmática del mundo del capital, pretende como toda empresa privada, "maximizar continuamente sus beneficios" a costa de lo que sea. Acordémonos de aquella frase inserta en el Acta de la CAN de 18 de diciembre de 1930 que decía: "Las Cajas de Ahorros son por su naturaleza los establecimientos de crédito de las clases populares, de las entidades agrarias, de las Corporaciones, y deben atenerse a su misión; así como la Banca es el órgano de crédito de las clases poderosas, de la industria y del comercio".

La CAN, en unión de la luego absorbida CAMP, llegó, en 1988, a gestionar casi el 45% de los depósitos bancarios de Navarra (Enciclopedia Navarra). Es decir, era la entidad financiera que marcaba la pauta de funcionamiento a todas las demás. Si la Caja hubiera subsistido, los avales especiales ICO para damnificados por covid-19 hubieran llegado a los navarros necesitados sin mayores contratiempos. Si pretendemos una sociedad más equilibrada en la que los oligopolios sean cosa periclitada por injusta y manipuladora, y por mucho más: ¡Firmen conmigo esta campaña en https://www.change.org/refundarLaCAN y, sobre todo, difúndanla en todos sus ámbitos!

En el próximo artículo retornaremos a las vicisitudes de la Caja durante la Guerra Civil.

El autor es promotor de la re-fundación de la CAN, notario jubilado y nieto del director-gerente de la CAN desde 1921 a 1950