o se si no acertamos en no vacunar a los niños pequeños, si había que haber obligado a pincharse a todos los adultos, si no teníamos que habernos quitado las mascarillas pese a la vacuna, si es mejor que todos nos contagiemos y acabemos con todo ésto de una vez, lo cierto es que estamos ante un momento jodido y nuevamente no esperado. Y lo más triste es que estamos en víspera de Navidad que para muchas son fechas muy añoradas para juntarnos y reencontrarnos con familia y amistades. Y quienes nos habíamos estado reservando para estos días tan especiales nos fastidia saber que la curva de la sexta ola crece y va a tardar en bajar. Algo pasa en Navarra además de hacer muchas PCRs y tener un clima frío. Desde Salud Pública avanzaban ayer que las “altas” relaciones sociales y familiares es uno de los factores de la elevada incidencia. Y ante ello me pregunto, ¿de verás hay gente que considera una invasión de su libertad mostrar el pasaporte Covid cuando más del 90% de la población está vacunada? Más bien lo veo como un aliciente para que la gente joven más reticente decida vacunarse y poder ir a discotecas, bares (interiores) o conciertos con toda paz, sin poner en peligro a nadie (a lo mejor a la abuela de su mujer amiga). Ayer se conocía el dato de que el 42% de casos por Covid en UCI en este último mes tiene pauta completa (muchos mayores y con patologías previas) y el 58% no está vacunado. Hagamos cuentas, si un 10% de no vacunados representa casi el 60% de los ingresados yo iría más lejos, que se paguen el ingreso.