Incertidumbre
ún no se sabe cómo se comportará Ómicron a la hora de establecer una relación entre 100 infectados y X hospitalizados. De cómo sea esa relación de alta o baja va a depender buena parte de lo que suceda en unos días o semanas y se supone que también las decisiones que se puedan tomar. Por ahora -por ahora, insisto- la relación en Navarra entre casos detectados y personas que necesitan hospitalización es la más baja de las seis olas, con aproximadamente un 1,5 de ingresos por cada 100 casos, cuando entre las 2ª y la 4ª olas, cuando aún no había vacuna o su inoculación era todavía muy baja, la relación era de 5, 6, 7 y hasta 9. Con aquellas tasas y los casos de hoy en día, habría unas 500-600 personas hospitalizadas y más de 100 en la UCI. Por fortuna, las vacunas están haciendo muy bien su trabajo en ese sentido y, si bien queda demostrado que no frenan el contagio de la manera en la que se esperaba, sí que parece muy obvio que en su gran mayoría frenan la enfermedad, lo cual es una maravillosa noticia. Pero, recuerdo, hay que ver cómo funciona Ómicron ante todo esto y qué cifras de hospitalización vamos a ver en Navarra los próximos días si seguimos viendo jornadas con 900 casos o más, que es una barbaridad inédita hasta ahora. Hay que tener en cuenta que vivimos en una comunidad en la que los virus respiratorios siempre han pegado duro y este es uno de ellos, tal y como nos dio muy duro en octubre y noviembre de 2020. Pero esa dureza en el número de casos no está teniendo una traslación exacta en la hospitalización, que, aunque alta, es la 8ª de España entre las comunidades autónomas. Esto es, hay más casos, además se detectan mejor, pero esto no se traduce en hospitales. Por supuesto, si la tendencia sigue creciendo las medidas parecen inevitables, pero confiemos en que sean sensatas y no memeces que incluyan exteriores y tontadas populistas sin sentido.