a ha terminado este 2021. ¿Cómo será 2022? Ni idea. Es lo que tiene de bueno el futuro, que deja abiertas todas las expectativas y posibilidades. Por eso, nunca he tenido interés alguno en conocer el futuro. La vida perdería su valor si supiéramos que nos depara. De momento, comienza con la tercera temporada de la serie estrella de los últimos meses, Coronavirus, 2020. Pese a su innegable éxito, estos nuevos episodios me están gustando tan poco como los anteriores. Un panorama de desolación y resignación. Ómicron, la nueva incorporación, ha vuelto a pillar a los principales protagonistas con el pie cambiado. No son sus mejores momentos desde que comenzó. Esto es lo que hay y hacemos todo lo posible es la reacción oficial de momento. Que cada uno haga lo que quiera es la interpretación de la ciudadanía a estas alturas. El mosqueo popular va a más y los discursos de las fuerzas oscuras animan el enfado y la pérdida de credibilidad para intentar ganar adeptos para su golpe. Empieza mal la tercera temporada cuando todo se va complicando poco a poco de nuevo y nadie hace nada. Y cuando la cosa empeora, el capitán de la nave principal opta por abandonar el timón y deja la responsabiliad en los comandantes de las naves territoriales y cada cual va navegando en las aguas turbulentas como mejor le parece. Es ese momento de toda serie en el que el desastre parece que se va a acabar imponiendo. Supongo que forma parte de la necesaria tensión, suspense e incertidumbre que contiene capítulo a capítulo todo guión que se precie. Además, ya se sabe que en las series, como en la vida misma, no todo es como comienza, sino como termina. No hay una sola vida, sino muchas vidas en una como no hay una serie, sino muchas series en una. También se sabe que muchas veces los personajes más negativos como ómicron acaban reconvirtiéndose en héroes y facilitan la solución de los problemas y el final feliz. Y salvan de paso a buena parte de los buenos pese a sus más que evidentes errores. No a todos, claro. Siempre hay quien desaparece del relato en un episodio y luego nadie se acuerda de su papel. Confío en que tengan razón los seguidores que auguran que ómicron acabará siendo el personaje que abra la puerta al principio del final de la serie. Aunque tampoco las tengo todas conmigo, porque desde que comenzara en marzo de 2020, el año que viene es una de las frases más repetidas por sus protagonistas. Incluso acabó la temporada anterior, en su capítulo de mayor audiencia, dando por finalizada la crisis sanitaria y dejando en el aire la posibilidad de nuevos episodios. Es cierto que empeorar lo que ya está mal parece difícil, pero la ficción -y la realidad también-, suele indicar que todo lo que ya está mal es susceptible de empeorar aún más. Los pesimistas, decía Saramago, cambian el mundo. Y los optimistas, disfrutan de esos cambios. No sé si una cosa y la otra son verdad. Tampoco sé por qué, pero veo que hay más razones para mejorar que para empeorar en este 2022 que echa a andar. El tiempo tiene su propio tiempo y los hechos, sus propios planes. Como los guionistas. Este 2022 también tendrá de todo. Y quizá sea el año del fin de la serie del coronavirus. Sería un buen año así. Salud, que es lo importante, y un poco de suerte también. Urte berri on!