os navarros nos vamos a gastar 10 millones de euros en el Palacio del Marqués de Rozalejo, que albergará la Dirección General de Paz y Convivencia y Derechos Humanos y el Instituto de la Memoria. No es mi intención analizar a fondo si es necesaria esa dirección general -probablemente como idea lo es, el resultado ya...- ni ese instituto -en este caso no tengo duda de que es necesario- sino solamente el comprobar con qué supuesta facilidad se destinan impuestos para algunos temas y qué agonías incumplidas suponen para otros. Sí, vuelvo a la famosa pista cubierta de atletismo, tras ver las imágenes de los Juegos Deportivos de Navarra de hace unos días en las que los chavales y chavalas tomaban la salida en mitad de una pista helada. Sé -y así lo he expuesto muchas veces- que en los casi 30 años que estuvo en el gobierno UPN no puso una peseta para este proyecto y que ahora Navarra Suma es el que más lo demanda, así que bien lejos estoy de esa hipocresía política, pero apostar por una pista cubierta es ya una decisión política, que excede incluso a la consejera de Deporte. Le excede porque a su departamento le suelen caer migajas para parchear y poco más y porque además ella cree que hay otros deportes a la altura del atletismo en cuanto a necesidad de instalaciones, algo que es muy discutible. Pero lo que es obvio es que la bolsa común de los navarros y navarras no suele tener problemas mayores para ir soltando millones para según qué y para otras cosas pareciera que la demanda es fruto de un caprichito de niños malcríados. Ya digo, quizá esos 10 millones -y otros muchos que pueblan los presupuestos generales- estén bien gastados. Y no se trata de comparar, puesto que la pista cubierta es necesaria comparaciones al margen, como supongo que lo será por sí misma esta obra en Rozalejo, pero más dinero ya para Deporte y proyecto de pista cubierta de una vez por todas.
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