"No podemos expresar la enorme gratitud de toda la comunidad ucraniana por toda la gente que nos está ayudando, con material, ropa, comida y medicamentos. La gente quiere ayudar", aseguraba ayer Ilona que junto con otros voluntarios de origen ucraniano se afanaba este fin de semana en clasificar material y apilar cajas en el almacén montado en el sótano del Seminario de Pamplona. Allí se centraliza en este momento parte de la ayuda solidaria que llega con destino a Ucrania. Hoy volverá a salir un camión cargado de alimentos hacia la frontera en Polonia y Moldavia. Todo será necesario, también la ayuda económica. La asociación Berehynia , cuyo cometido hasta ahora era dar a conocer la cultura ucraniana y ayudar a niños ucranianos a aprender castellano en Navarra, se encarga ahora de canalizar la ayuda humanitaria para las víctimas de la guerra en Ucrania, y con este motivo ha habilitado varios puntos de recogida de material en Pamplona y su Comarca. También han difundido un número de cuenta. "Anímicamente está siendo muy duro para ellos, por eso en las cajas junto al material se les manda mensajes de amor y de cariño para que sigan luchando sin perder la esperanza", relataba Ilona. "For the children of Ukranie, love from Spain": reza en un paquete con un corazón rojo pintado. Tan duro como que han tenido que huir de forma apresurada sin apenas nada. Y dejando un reguero de cadáveres Más de un 1,5 millones de personas han tenido que huir de su país desde que comenzó la invasión rusa, el mayor éxodo desde la II Guerra Mundial. Cada día que avanza la guerra la situación es más desesperante. Ayer supimos que el Gobierno de España alojará de forma exprés a los refugiados de Ucrania que lo necesiten sin exigir que antes pidan protección. Se espera que a Navarra empiecen a llegar esta misma semana t ya circula por internet formularios que ha enviado organizaciones como NAD para que se inscriban aquellas familias voluntarias. El acogimiento a niños de Ucrania no es algo nuevo para muchas familias navarras. Desde que se produjo el accidente nuclear de Chernóbil, hace casi 40 años, miles de familias españolas han acogido a niños ucranianos temporalmente, sobre todo durante los meses de verano. Con el estallido de la guerra se ha intensificado el vínculo entre el país invadido y decenas de ONG y asociaciones. El Ministerio de Asuntos Exteriores del Estado español ha pedido a su vez que se extremen las garantías para la acogida de niños ucranios y advierten del riesgo de caer en las redes de tráfico de menores no acompañados y la necesidad de "velar por el interés superior del menor y extremar el respeto a las normas jurídicas" de los países de origen, tránsito y acogida. La guerra, como casi siempre, muestra lo peor y lo mejor del ser humano. También nos remueve conciencias y nos empuja a aportar algo más que mensajes de solidaridad. Acoger maletas, conocer historias de supervivencia y otras culturas que nos hagan salir de nuestra zona de confort. Ojalá seamos muchas las personas que abramos las puertas de casa.