A estas alturas el cambio de hora debería ser algo desfasado. En 2019 el Parlamento Europeo aprobó, por mayoría absoluta, acabar con él. En 2018, las compañías aéreas lograron paralizarlo hasta 2021. Hoy ha caído en el olvido algo perjudicial para el ritmo circadiano. Cambiar de horario cada seis meses es un trastorno añadido que afecta a niños, ancianos y enfermos. Es el momento de abordar el sentido del huso horario que mantenemos y sus cambios estacionales. Y, en la España continental, lo normal sería emplear el huso horario de Greenwich, dada nuestra longitud en el mapa, e igualarnos con Reino Unido, Portugal o nuestras hermosas islas Canarias.