Mirar al pasado, en muchas ocasiones no es del todo cómodo, agradable, ni tan siquiera fácil. Más aún cuando se trata de destapar un tabú. Una herida que supura en el silencio doméstico y que, de puertas afuera, la indiferencia social esquiva. Los hermanos Bernués (Acrónica Producciones) han demostrado mucha valentía al plantear en su proyecto Pez volador, con el dolor todavía presente, pero con la suficiente calma que las vísceras les permiten, el desgarro del suicidio en la piel de su hermano. Como digo, ante la dificultad que seguro ha supuesto la propuesta y su planteamiento a la hora de contar su historia personal, han logrado cuestionar al mismo tiempo el juicio social, la enfermedad mental, los centros psiquiátricos, la muerte voluntaria como una "respetable o entendible" opción liberadora, entre otros temas en el transcurso del corto.

Poderlo visionarlo en pantalla cinematográfica fue algo así como abrir una ventana enorme, un gran espejo a todos los ojos que observábamos desde las butacas. A través de una historia trabajada y cuidada, muy bien hilada de principio a fin para dejar interrogantes abiertos, al menos en mi caso, para la reflexión personal.Muy necesario. Muy recomendable. Mucho por recorrer todavía. Gracias hermanos/as Bernués.